lunes, 12 de mayo de 2025

El Testimonio del Presidente Luis Jaque Acevedo, de la Estaca Talcahuano Chile Norte

 

Santiago, Chile. Martes 15 de Diciembre de 2009

 

El Anuncio de Un Templo en Concepción

El Testimonio del Presidente Luis Jaque Acevedo, de la Estaca Talcahuano Chile Norte

            En Santiago escuchamos de una congregación que en el sur de Chile se había puesto de rodillas para agradecer a su Padre Celestial por el anuncio del nuevo templo que se va a construir en Concepción. El Presidente de la estaca Talcahuano Norte fue el líder que pidió a su congregación arrodillarse en señal de agradecimiento, a continuación registramos su relato de lo sucedido en aquella hermosa e inolvidable ocasión:

 “Ese día fue maravilloso, fue una experiencia espiritual que jamás había vivido antes como presidente de la estaca. Después de escuchar el anuncio del Presidente Monson, las voces de júbilo de los hermanos que estaban allí, de los misioneros, algunos levantaron sus brazos y gritaron de alegría, otros estaban emocionados y con lágrimas en los ojos.

Fue una reunión maravillosa, toda la reunión tuvimos lágrimas en los ojos sintiendo el amor de Dios. Al final de la reunión le pedí a todos los hermanos que se quedaran un momento, les hice sentir lo que habíamos vivido, fue un momento histórico para nosotros, una ocasión que vamos a poder contar a los que vendrán después.

Con mucha emoción les pedí que era el momento para agradecerle a Dios, que ellos después podrían hacerlo en sus casas, con sus familias. Sentí la fuerte impresión que debíamos arrodillarnos y darle gracias a nuestro Padre Celestial por esta maravillosa bendición. Así que lo hicimos, nos pusimos todos los miembros que estábamos en la sesión de rodillas en el salón sacramental, incluyendo a los jóvenes, a los niños, a los ancianos, los misioneros. Todos, uno a uno nos fuimos poniendo de rodillas y finalmente hice una oración de gracias, donde en realidad nuestros sollozos, nuestras lágrimas eran de gratitud por lo maravilloso que pudimos sentir.

Lo que pudimos sentir en nuestros corazones, lo que los hermanos manifestaron después de esa oración y del momento que vivimos es algo que nunca se va a borrar, en ninguno, ni los niños van a olvidar lo que pudieron sentir. Así que para nosotros ha sido la experiencia espiritual más grande que hemos vivido como miembros en nuestra estaca, el pequeño grupo que estábamos ese día participando de la sesión”.

En la foto, de izq. a der. Raúl Jaque, Rodolfo Acevedo (padre), Luis Jaque (el Presidente Jaque), Héctor González, Flor González y Dolores Acevedo, (Rocas de Santo Domingo 20 de marzo de 1976).

El presidente Jaque, un converso a la Iglesia en su juventud en su visita a Santiago nos ha legado este hermoso recuerdo para las generaciones futuras y para la hermosa historia de la Iglesia en nuestro país. El Presidente Jaque fue bautizado en su juventud en el mar,  en las playas de las Rocas de Santo Domingo, como un miembro de la Rama de San Antonio, Chile un día 20 de marzo de 1976.

La visita de Élder Heward y Élder Warren a San Antonio en el verano de 2005.

Ellos son los misioneros que enseñaron y llevaron al bautismo al Presidente Jaque.

En la foto junto al historiador Rodolfo Acevedo.

 

 

 

 

 

 

Del Historiador.

Martes 15 de diciembre de 2009.

El Testimonio de la Hermana Emma Quilodrán Rodríguez

 

 

Santiago, Chile. 3 de diciembre de 2009

 

El Testimonio de la Hermana Emma Quilodrán Rodríguez

 

 

Hermana Emma Quilodrán Rodríguez

Voluntaria en el Fondo Perpetuo de Educación, 2009.

 

Yo era atea. Y así pasé algunos años. En un momento de mi vida tenía muchos problemas y no tenía salida para ningún lado. Estaba realmente tocando fondo. De repente me acordé de mi hermano Eduardo que vivía en Santiago y que era Santo de los Últimos Días desde hacía 13 años, pero que yo pensaba que era una superstición solamente.

Pero mi caos y dolores eran tan grandes que en un momento me acordé de Dios, a quien yo había dejado olvidado por muchos años. Yo pensaba que yo podía hacerlo todo sola, solo debía ser decidida y responsable, y que no necesitaba a nadie. Claro, mi negación de Dios era absoluta.

Un día mientras caminaba por una calle a hacer las compras, y estando espantosamente cansada de la vida que llevaba, creo que increpé, y digo creo, porque a Dios no se le increpa, sin embargo yo ya no veía una salida para ningún lado, y el dije: ¿Por qué si mi hermano Eduardo, que está al otro lado de la Cordillera no más, no viene a ayudarme? Si tu realmente estás, ¿Por qué no viene mi hermano?.

Lo más hermoso de todo esto fue que a los pocos días, en una población nueva, sin direcciones todavía, en donde yo había comprado un terreno e instalado una prefabricada, allí, llegó mi hermano. ¿Cómo, sin tener dirección ni nada que lo guiara hasta mí? Se fue por los remitentes de mis cartas y preguntando en los trabajos, y llegó.

 

 

Eduardo Quilodrán Rodríguez y Emma Quilodrán Rodríguez.

 

Y YO CREÍ, SÍ DIOS, TÚ ESTAS. Y yo lloraba de felicidad por estar allí con mi hermano. Y él me enseñó a tranquilizarme diciéndome: anda tranquila detrás de la puerta y di: Padre Celestial ayúdame, en el nombre de Tu hijo Jesucristo. Y esto me daba paz. Y esto lo hacía muchas veces. Luego me habló de José Smith, de quien yo no sabía nada; conocía a Pablo, a Moisés, pero a José Smith no.

Pronto empecé a ir a la Iglesia con él y en un momento en que me llamó la atención que todos tomaban la Santa Cena y yo no, siendo que ya hacían 4 meses que asistía y me pasaban de largo. Entonces le pregunté a mi hermano por qué era eso y me respondió que para tomarla había que bautizarse. Le pregunté cómo se hacía eso y me mandó a hablar con el obispo. El obispo me mandó ir al lugar del nuevo domicilio, porque ya había dejado mi casa y mi vida difícil, y así fue como fui a buscar a los misioneros. Al entrar a la Iglesia pregunté por ellos, y me los indicaron que estaban en el jardín.

Yo le toqué el hombro a uno que se dio vuelta y le pregunté si él era Élder Rassmussen porque quería que me diera las charlas para bautizarme. Lógicamente Élder Jeffrey Rassmussen estaba impactado de ver a una investigadora buscando a los misioneros.

A mí me mandaron a la Rama Norte de la Estaca Este, pero ese día era 31 de octubre de 1983 y como era una casa y estaba al lado de una escuela, estaba cerrada, porque ese día volvía la democracia a la Argentina y era día de elecciones. En vista de que ese domingo no habrá reunión allí, me fue a otro barrio, Barrio Belgrano y allí si pude asistir, porque era un edificio de la Iglesia. Allí fue entonces que encontré a Élder Jeffrey Rassmussen y a Élder Andrés Pisano, de Mar del Plata. Empezaron a darme las charlas el 2 de noviembre hasta el 13 de noviembre, fecha en que Élder Rassmussen fue llamado a trabajar en la oficina de la misión, entonces llegó Élder Summall de Canadá, y era su primer destino en su misión, y así fue como el día 20, una semana después, me bauticé.

 

 

Hermana Quilodrán en las puertas Abiertas previas a la re-dedicación del Templo de Santiago, enero 2006.

 

El bautismo fue en el barrio La Boca, el 20 de noviembre de 1983 a las 16 horas. Había otros bautismos. La familia Shaffhauser, chilena, fue quien me acompañó en esta ceremonia: la madre, la hija y dos hijos que venían de su misión. Ese día llovía a cantaros, pero solo por ratos. A la salida ya había pasado la lluvia.

 

Élder Andrés Pisamo, hermana Quilodrpán y Élder Summel, el día de su bautismo, 1983.

 

 

 

Ahora sé sin ninguna duda que Dios vive, que esta es su Iglesia, que la obediencia es muy importante en la vida en todo orden de cosas, y sé que estoy en la verdad. En los 26 años de miembro solo he faltado a la Iglesia por enfermedad.

 

Emma Quilodrán Rodríguez.

30 de noviembre de 2009

 

 

 

Del Historiador Rodolfo Acevedo.

3 de diciembre de 2009

 

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