El Viaje del Brooklyn.
1846
El Barco
El día de la partida fue cambiado varias veces, pero finalmente, el 4 de febrero de 1846, el Brooklyn zarpó del puerto de Nueva York y se dirigió hacia el sur en su largo viaje. Por supuesto, fue una mera coincidencia que la fecha en que el Brooklyn salió del puerto de Nueva York fuera también el mismo día en que comenzó el éxodo desde Nauvoo. Excepto por tormentas severas —una en el Atlántico y otra en el Pacífico, esta última a la altura de Valparaíso— el viaje fue placentero. La embarcación hizo escala en la isla de Juan Fernández, famosa por haber sido la residencia solitaria de Alexander Selkirk (Robinson Crusoe) entre 1704 y 1709, donde, tras desembarcar el 4 de mayo, permanecieron cinco días; también en Honolulu, Islas Hawaianas, el 20 de junio, donde permanecieron diez días. El Brooklyn llegó a Yerba Buena —bahía de San Francisco— el 29 de julio de 1846, habiendo completado el viaje en cinco meses y veintisiete días.(1)
Viaje del
“...Pronto el Brooklyn se desplazaba hacia el norte a lo largo de la costa chilena, fuera de la vista de tierra... Los pasajeros estaban cada vez más desesperados por llegar a Valparaíso... Desafortunadamente, el Brooklyn nunca llegó a Valparaíso... durante tres días el barco fue arrastrado por el vendaval, y debido a un viento del este no pudo entrar al puerto... Así que el capitán abandonó Valparaíso como destino y dirigió al Brooklyn con el viento hacia Juan Fernández... a unos 360 kilómetros de la costa de Chile.”
Una tragedia en alta mar
Laura Goodwin Hopkiss, una
pionera que viajaba en el Brooklyn embarazada junto a su esposo Isaac y siete
hijos, perdió el equilibrio con el movimiento del barco durante la tormenta y
fue lanzada por la escalera de la camara. Ella sufrió prematuros dolores de
parto produciéndose algunas complicaciones. Mientras se le atendía ella rogó a
su familia que en caso de morir no la sepultaran en el mar, lamentablemente
después de una lenta agonía ella fallecería. Mientras tanto el barco por tres
días había quedado a merced de la tormenta y como consecuencia del viento este
se les hizo imposible llegar al puerto de Valparaíso.
El capitán del Brooklyn
Abel W. Richardson que era un experimentado hombre de mar y poseedor de un
excelente “carácter moral” y la tripulación “hombres de moral por sobre el
promedio” enfilaron el rumbo de la embaración hacia una isla que ellos conocían
como lugar de refugio ante las tormentas, est
lugar era nuestra isla Juan Fernandez.[2]
La Isla de Juan Fernández se presentó con los primeros rayos de la mañana ante
los pioneros el día 4 de mayo de 1846, era la misma isla que había servido de
refugio a Alejandro Selkirk, el marino inmortalizado en la obra Robinson Crusoe
por Daniel Defoe, cumpliéndose con el propio arribo del Brooklyn a sus costas
las palabras de don Benjamín Vicuña Mackenna que la señalaban como “una especie
de apeadero y de posada y de punto de apoyo indispensable para todas las
empresas de aventura en el Pacífico” Esta vez la aventura de nuestros hermanos
había sido motivada por la fe y la isla en forma especial se convertiría en un
punto de apoyo para la familia de Laura Goodwin, al poder dejar ellos sepultada
en tierra firme a la querida esposa y madre pionera.
“Aún cuando la ocasión era muy triste,
la presencia de los 6 niños pequeños llorando con gran dolor y el padre en su
soledad tratando de consolarlos, más el cansancio del viaje, la sola vista y el
pisar sobre tierra firme una vez más fue descanso de la vida a bordo y con
agradecimiento lo disfrutamos.…caminamos por la isla, visitamos las cavernas,
una de las cuales nos fue mostrada como la verdadera de Robinson Crusoe y fue
mi buena suerte tomar una buena siesta allí una placentera tarde”.[3]
Los pasajeros vieron por primera vez la isla Juan Fernández con los primeros rayos de la mañana del 4 de mayo... Para la 1:00 p. m. de ese mismo día, el Brooklyn estaba fondeando en la pequeña y semicircular bahía de Cumberland, en el lado noreste de la isla, con los pasajeros impacientes por refrescarse en tierra firme y explorar este solitario enclave del Pacífico... Sin embargo, junto con los placeres de pisar tierra, también estaba la triste tarea de enterrar a su querida hermana, Laura Goodwin.
Augusta Joyce Crocheron escribió:
"Aunque la ocasión era tan dolorosa, la presencia de los pequeños niños sollozando con una pena incontenible y el padre, en su soledad, tratando de consolarlos, aun así, tal era nuestro cansancio del viaje que la vista y el pisar tierra firme una vez más fue un alivio tal de la vida a bordo que lo apreciamos y disfrutamos con gratitud..."
Los agotados viajeros reabastecieron rápidamente la nave. Encontraron agua dulce a solo unos pasos de la playa, llenaron cerca de 18,000 galones en toneles y los cargaron a bordo del barco. También almacenaron haces de leña recogidos de las empinadas laderas y barriles de pescado salado. Juan Fernández pudo haber sido un destino de segunda opción, pero allí evitaron el alto costo de los suministros y los derechos portuarios de Valparaíso. Después de cinco días, el barco estuvo listo para zarpar.
El Brooklyn levantó ancla el 9 de mayo y puso rumbo hacia las Islas Sandwich.(4)
Un apóstol honra a los pioneros del viaje del Brooklyn.
“...El élder David B. Haight... habló de las pruebas del viaje, el cual cubrió 24,000 millas en seis meses. ‘Fue un viaje terrible’, relató. ‘Dependían del viento, así que fue un viaje largo, muy largo. Nacieron bebés; personas murieron y fueron sepultadas en el mar. La gente vivió sin tocar tierra hasta que desembarcaron (frente a las costas de Sudamérica) para conseguir agua dulce.’”
“...Durante la celebración del sesquicentenario en San Francisco, en julio de 1996, él ‘representó a la Primera Presidencia al dedicar una placa en el lugar donde el barco desembarcó.’”
“También dedicó una placa en los terrenos del Templo de Oakland, en Temple Hill, que domina la Bahía de San Francisco.”(5)
Los pioneros navegantes que fueron homenajeados no solo fueron los primeros mormones en establecerse a lo largo de la costa norte de California, sino también los primeros colonos anglosajones en esta zona. Llegaron el 31 de julio, apenas tres semanas después de que se izara la bandera estadounidense sobre lo que había sido territorio mexicano. (6)
[1] B. H. Roberts, A Comprehensive History of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, 6 vols., 3:, p.28 - 29
[2] Hansen Dialogue. pp. 49-50.
[3] Hansen Dialoge. p. 59
[4] Lorin K. Hansen. Voyage of the
[5] Church news Week Ending Octiber 31,
1996. p. 10.
[6] Church News Week Ending August 10,
1996 p. 8.