Un Chileno en el Gran Lago
Salado
Don Pedro del Río Zañartu (1840-1918)
fue el primer chileno de quien tengamos registros que visitó la ciudad de Salt
Lake City en el estado de Utah, en los Estados Unidos en el siglo XIX, siendo un
destacado penquista o habitante de la ciudad de Concepción del siglo XIX y
principios del siglo XX.
Don Pedro del Río Zañartu nació en
la ciudad de Concepción el 1° de agosto de 1840 en el hogar de don Pedro José
del Río y Cruz y doña Francisca Zañartu y Trujillo, padres de ascendencia Vasca
y Extremeña, heredando por la línea materna la encomienda que un día le perteneciera
a don Pedro de Valdivia, llamada Hualpén, cuyo significado es “Veo Alrededor”[1].
La segunda mitad del fundo Hualpén,
que comprende lo que se conoce como “Hualpencillo” y “Hualpén Alto” –dentro del cual se halla el parque-
fue heredada por doña Francisca Zañartu Trujillo, la madre del filántropo”[2].
Dueño del Fundo Hualpén, que guarda
el actual museo que legara a la ciudad de Concepción un año antes de su muerte
en 1917, se ha señalado que “el supremo acto de filantropía que ha mantenido
vivo el recuerdo del vecino ilustre que fue don Pedro del Río Zañartu consistió
en la donación a la ciudad del fundo “Hualpén” en toda su extensión, “con sus
bosques, cierros, casas i todo lo que contiene”[3]
con el propósito de perpetuar el nombre de su padre y el suyo propio.
En su testamento definitivo,
otorgado el 8 de noviembre de 1917, don Pedro del Río lega su fundo de Hualpén
a la ciudad de Concepción…”Poseo desde hace muchos años el fundo Hualpén, en el
Departamento de Talcahuano, que en parte heredé de mi madre doña Francisca
Zañartu Trujillo y que casi desde la conquista ha pertenecido a mis familias
Santa María, Zañartu y Del Río. Por su situación a orillas del mar en la
desembocadura misma del Bío Bío, por su terreno accidentado sembrado de bosques
naturales, es éste uno de los paisajes mas pintorescos del mundo, y sin duda
alguna, el más bello de los alrededores
de Concepción…Allí resido desde hace largos años, allí he pasado mis días más
felices y soportado las mayores desgracias de la vida. Me ligan tantos
recuerdos a este fundo que quiero que sus campos, las casas donde he vivido
tantos años y todo lo que contiene, menaje, pinturas, museo, colecciones de
monedas, continúen siempre proporcionando estos ratos de placer a los
visitantes y sean con el tiempo el paseo favorito de la ciudad de Concepción.
Lego, pues, a la ciudad de
Concepción, o sea a la entidad jurídica que la represente, mi fundo Hualpén,
con sus bosques, cierros, casas y todo lo que contiene, y para perpetuar el
nombre de mi padre y el mío propio, se llamará desde mi muerte “Parque Pedro
del Río Zañartu”[4].
“Mucho tenía de Del Río don Pedro en
la dulzura y claridad de su mirada y en su talante de gran señor, pero en la
resolución y energía de su carácter –sostiene Oliver Schneider – rezumaba lo
Zañartu”; así, al explicar algún gesto brusco de su parte, solía repetir su
consabida frase “y entonces se me salió lo Zañartu y…”[5]
Pero de la madre también heredó la fe, su piedad de católico “poco practicante”
según se declaraba”.[6]
Su padre había sido un gran patriota
que había participado en el sitio de Chillán y durante la Reconquista española había
sido hecho prisionero siendo liberado en 1817 por las fuerzas patriotas, tras haber
pasado gran parte de su cautiverio en la isla Quiriquina.
“De la infancia de don Pedro fueron
testigos los bosques de Hualpén, que aprendió a amar intensamente y las calles
del Concepción de mediados del siglo XIX…crióse el lozano niño bajo los
selváticos pataguales de Hualpén, a orillas del majestuoso Bío Bío, que así
riega la planta de erguidos robles, como nutre la vitalidad de quienes de sus
aguas beben de altos pensamientos y empinadas voluntades”, escribía en su
peculiar estilo, don Benjamín Vicuña Mackenna, prologando las primeras crónicas
de viaje de don Pedro del Río”.[7]
En su infancia y juventud estudió en
Concepción y Valparaíso,...”así, un día de 1850 abandona los bosques de
Hualpén, “con un sinnúmero de recomendaciones, dada su corta edad”, e ingresa
al colegio de los educacionistas ingleses Goldfinch y Bluhm, donde se forjaron
–al decir de Oliver Schneider- gran parte de las generaciones porteñas del
siglo XIX.
Sobre aquellos años en Valparaíso,
cuenta Vicuña Mackenna, en el prólogo tantas veces citado: “…sus condiscípulos
le recuerdan más como un gladiador que como un camarada, siempre el primero en
acometer, pero siempre generoso, franco, leal, impetuoso hasta la temeridad i
por lo mismo sensible al dolor o a la miseria ajena, i pronto a remediarla”.
Por otro lado su sensibilidad
artística la volcó en la pintura siendo un alumno del pintor Somerscale en
Valparaíso.
La mala salud de su padre y su posterior
muerte le llevaron de regreso a su natal Concepción, donde inició su exitosa
actividad profesional en los ámbitos agrícola comercial e industrial, actividad
que lo convertiría en un “empresario y progresista” en áreas tan diversas como
la explotación agrícola, la instalación de saladurías, flotillas de naves
mercantes, empresa de caza de ballenas, refinerías, expendedora de cereales,
cría de ganado, viñedos, propiedades, etc.
Sin embargo, en medio de esta
actividad se produce una tragedia en la vida de don Pedro del Río Zañartu, en
la muerte de su esposa doña Ana Rosa Serrano y la de sus dos hijos en forma
casi simultánea, tragedia que lo llevaría a recorrer los “cinco continentes, en
busca de consuelo”[8], entre los años 1880 y 1882.
“Del matrimonio Del Río Serrano habrían de
nacer dos hijos: Ana Rosa, el 7 de marzo de 1876, y Pedro, dos años después.
Pocos años duraría la felicidad de la joven pareja. La difteria, que asolaba a
la zona en aquellos días, dio muerte, en forma simultanea, a la esposa y a los
herederos del señor de Hualpén: 1l, 18, 19 y 20 de febrero de 1880 fueron
muriendo uno tras otro, doña Ana Rosa, su hija homónima y Pedro. La tradición
penquista cuenta que, mientras llevaba uno al cementerio, el otro fallecía en
su hogar.
Un apunte biográfico, redactado
pocos años después, relata así la tragedia:
“Arreglados sus negocios, quiso
Pedro del Río procurar a su angelical esposa…, constante compañera de sus
inquietudes, y a sus dos preciosos hijos, delicias de ese hogar, algunos días
de distracción y de descanso en medio de los suyos, y a este efecto la trasladó,
en los primeros días de febrero de 1880 a Talcahuano, donde a la sazón se
encontraba su señora madre doña Francisca Zañartu del Río”.
“Y allí, en aquellas horas
concedidas por la primera vez a blando reposo, sobrevínole horrible catástrofe
que en el tiempo de su consumación humedeció todos los ojos y conmovió todos
los corazones que viven dentro del hogar y para el hogar. Una mañana, en pocas
horas, su hermosa compañera, en toda la plenitud de la vida y de la felicidad,
sintióse atacada de mortal congoja y, asida de sus dos tiernos hijos, voló al
cielo”[9].
Impactado por la inesperada
tragedia, don Pedro cae en una profunda depresión, que lo lleva al borde del
suicidio. En la casona vacía y silenciosa cada rincón le recuerda a su familia
perdida. Buscando mitigar su infinita pena y para no enloquecer, se lanza a
recorrer el mundo por primera vez.
“Sintiendo su propio suelo como
estrecho a su dolor punzante y perenne,…viudo de toda humana dicha, tomaba en
Valparaíso, el 7 de julio de 1880, el primer vapor que zarpaba en dirección al
norte…”[10]
“Buscando algún alivio para su pena
infinita, emprendió el benefactor su primer viaje. El 7 de julio de 1880,
acompañado de Emiliano Fuentes Ríos, joven abogado y sobrino suyo…a bordo del
“Coquimbo”, dejaba la rada de Valparaíso para dirigirse rumbo al norte. Viaje
que lo llevaría a visitar la ciudad mormona de Lago Salado el medio oeste
americano y de las Montañas Rocosas.
Tras recorrer la costa chilena hasta
Arica, a donde llega algunos días después de la toma del Morro, debe volver al
sur. “En Arica, el capitán del vapor, habiéndome repetido por la centésima vez
que los peruanos nos sacarían de a bordo en Chimbote, y rehusándonos el pedido
de armar doce hombres de la tripulación con los rifles que tenía para hacernos
fuertes, resolvimos volvernos a tomar la vía del Estrecho”[11].
Así, muy luego lo encontramos entre
los canales del sur, describiéndonos el hermoso y agreste paisaje que se abre
ante sus ojos. Punta Arenas, comenta, cuenta “como con mil habitantes, entre
estos bastantes extranjeros”; los fueguinos, en tanto, de diez mil”.[12]
Después de conocer Montevideo, los
penquistas se dirigen a la capital argentina. Mientras su sobrino descansa, don
Pedro, infatigable, realiza algunas excursiones al interior, tras lo cual se
dirigen al Brasil. Una vez allí, recorre Petrópolis, Pernambuco y Río de
Janeiro, maravillándose con la riqueza y variedad de la flora y fauna tropical,
que veía por vez primera. Luego de navegar por el amazonas, aborda un vapor
hacia la Martinica, acompañado siempre por su sobrino Emiliano.
Octubre los sorprende entrando a la
Bahía de Nueva York, tras una navegación que el calor hiciese larga y penosa.
En la gran metrópolis de la costa Este tiene ocasión de admirar el rápido
progreso de la joven república, que le provoca elogiosos comentarios.
Desde ahí continúa viaje por la
costa: Filadelfia, Baltimore, Washington y Boston desfilan raudos ante sus
ojos, junto a un sinnúmero de localidades más pequeñas. Con el otoño (boreal),
se dirige al Canadá: allí conoce Montreal, Toronto y otras ciudades situadas a
orillas del Lago Ontario; para luego retornar a los Estados Unidos, por la vía
del Niágara, a donde llega en coche. Buffalo, Chicago y hacia el sur, por las
Rocallosas, hasta su destino último en Norteamérica: California.
“La noche fue espléndida, todo
nevado, el tren despacio: la luna brillantísima; yo no pude dormir, y,
acostado, por la vidriera, veo esa inmensidad nevada que me parecía un sudario;
a veces trepábamos cordilleras, pasando profundas quebradas y correntosos
arroyos”. Pedro del Río Zañartu.
Para llegar allá debe atravesar
previamente el medio Oeste Omaha, Saint Louis y Kansas City van quedando
rápidamente atrás, a bordo del ferrocarril, que ya entonces unía ambas costas
del país del Norte. En esta última ciudad escribía:
“Los bichos de todas clases y formas
no me dejaron pegar los ojos, principalmente los de cabeza negra, que llegaban
a cada momento borrachos como cuero, cantando, bailando o llorando; pero ¿qué
otra cosa se puede esperar si ya estamos entre los ‘roughs del Far West’?[13]
Desde allí se dirigió a Salt Lake
City –capital del territorio de Utah, no incorporado aún a la Unión-, sede del
Estado Mormón, que tenía gran interés en conocer. Una vez allí, describe con
detalle la arquitectura mormona, así como su origen y sus doctrinas; asiste a
sus ceremonias y habla con los fieles. Por entonces –y hasta 1890- practicaban
éstos la poligamia, lo que despierta, como tantas cosas, la curiosidad del
filántropo.
Pero nada lo detiene por mucho
tiempo y pronto vuelve a emprender la marcha. Reno, Sacramento y finalmente,
California. De esta manera, don Pedro del Río contempla la región que, años
atrás y mientras duró la fiebre del oro, fue el principal destino de su
actividad exportadora[14]
Pero detengámonos ahora en su breve paso por Salt Lake City y conozcamos sus interesantes comentarios que cobran especial relevancia ahora que recientemente se ha anunciado la construcción de un templo mormón en la ciudad natal de don Pedro del Río Zañartu.
“Después
de una noche bien fría arribamos a las 9 de la mañana a Ogden, hallándome
algunas horas más tarde en la sagrada ciudad de los Mormones:
“Salt Lake City” o ciudad del Lago
Salado”. Pedro del Río Zañartu.
Ogden en 1874
La ciudad de Ogden había recibido su
nombre de un trapper llamado Peter Skene Ogden, llegando a convertirse en la
ciudad más grande el Condado de Weber, originalmente otro fur trapper de nombre
Miles Goodyear había establecido el Fuerte Buenaventura (1856-46) en el lugar
que hoy día ocupa la ciudad de Ogden, siendo esta ciudad
el primer permanent settlement por personas de descendencia europea en la
región que hoy dpia se conoce como Utah en los Estados Unidos de Norteamerica. El
original Fuerte Buenaventura se encontraba ubicado a una milla al oeste de
donde actualmente se ubica el centro de la ciudad de Ogden.
“Desde
el comienzo, los líderes mormones vieron al Valle del Lago Salado solo como el
punto del establecimiento inicial en la Gran Cuenca. Una vez que un bridgehead
hubo sido establecido allí, la colonización de cada parte habitable de la
región comenzaría. Durante el primer invierno en el valle (1847-48) ellos
decidieron spend casi dos mil dólares de la paga del Batallón Mormón para
comprar al único settler blanco en la región, el trapper Miles Goodyear, quien
reclamó la propiedad de grandes porciones del Valle Weber, el actual lugar de
Ogden, Utah”.[15]
En noviembre de 1847, el Fuerte Buenaventura fue
comprado por los Mormon settlers en $1,950. El settlement
fue entonces llamado Brownsville, pero fue después llamado Ogden por un líder
de brigada de la Hudson's Bay Company, Peter Skene Ogden, quien había trapped en el
Weber Valley a generation earlier. El site del
original Fuerte Buenaventura es ahora
un parque del Condado de Weber.
El
capitán James Brown visitó el fuerte en agosto de 1847 mientras leading, por
asignación de Brigham Young, a un grupo de hombres del Batallón Mormón que fueron
a California para conseguir el dinero que se le debía al batallón por su
servicio durante la guerra con México.
El
sumo consejo de
Al
lado del templo está una tiny cabaña de troncos-la más antigua casa en el
montañoso oeste y que fuera el hogar de Miles Goodyear.
“Para
asegurar el éxito y crecimiento de los settlements en el Condado de Weber, en
1850 Brigham Young eligió a Lorin Farr para que se hiciera cargo de los asuntos
allí. A principios de 1851, la colonia recibió su charter del territorio de
Deseret, llegando a ser oficialmente la ciudad de Ogden u Ogden City.
El
arribo de ferrocarril transcontinental, con Ogden as a rail centar, enhanced la
importancia del Condado de Weber en lo que llegaría a ser el estado de Utah. Weber pioneers. CNWE july 22, 2006
p. 3. President Faust speaks of area’s remarkable history.
Tras
la Huella
de
Don Pedro del Río Zañartu
en el
Estado de Utah
En 1986 tuve la
oportunidad y bendición de viajar por primera vez a la ciudad de Salt Lake City
en el Estado de Utah. El viaje fue largo, toda la noche, mientras una pantalla
iba señalizando los lugares por donde el avión iba pasando en esos momentos, de
repente me quedaba dormido y al despertar volvía a presenciar la ruta que nos
acercaba cada vez más a los Estados Unidos de Norteamérica. Veíamos rayos en medio de la noche más abajo
de nosotros, y lo que parecían ser luces de barcos en medio del inmenso océano.
Arribamos al amanecer a la ciudad de Miami, y allí estuvimos algunas horas
esperando la conexión que nos llevaría a Salt Lake City, como teníamos tiempo
aprovechamos de salir del aeropuerto y visitar algunas partes de la hermosa
ciudad que había sido nuestra puerta de entrada a los Estados Unidos.
Fue
impresionante para mí ver gentes de las más diversas nacionalidades caminando
por el inmenso aeropuerto, todas ellas con diferentes destinos, y muchas de
ellas tal como nosotros llegando por primera vez en su vida a los Estados
Unidos.
El vuelo desde
Miami a Salt Lake City con escala en Atlanta, fue largo, y bajo las alas de
nuestro avión se dibujaban los paisajes norteamericanos con sus ríos, montañas,
valles y soledades desérticas, todos los imponentes paisajes, todas las
bellezas de la naturaleza Norteamericana estaban bajo nuestros pies y nosotros
mirábamos asombrados desde la ventanilla del avión. Era como un milagro estar
allí, en medio de los cielos y tan lejos de Chile.
Sobre las Montañas de Utah
De
pronto el territorio se volvía árido y pedregoso mientras miraba desde la
ventanilla del avión, con altas montañas, ya nos estamos acercamos a
Recuerdo
que arribamos a Lago Salado al atardecer del día 30 de septiembre y allí en el
aeropuerto de Salt Lake City nos esperaban Dorothy Wight de Murdock Travel, y
el Presidente Strong y su esposa quienes recién habían terminado su misión en
Chile presidiendo el Templo de Santiago.
Nuestro
arribo a Salt Lake City por primera vez con el paso de los años se ha
convertido para mi en un momento mágico, esa tarde después de saludar y abrazar
a nuestros amigos que estaban en el aeropuerto nos fuimos con Dorothy a su
hogar en Bountiful, un hermoso lugar al norte de la ciudad de Salt Lake,
quedando de acuerdo con el Presidente y la hermana Strong de compartir un día
con ellos en su hogar.
Era
como un sueño cumplido cuando viajábamos desde el aeropuerto hasta la casa de
Dorothy, mirando las amplias calles, escuchando música country en la radio del
auto, observando los edificios y las casas que para mi impresión aun
conservaban algo del estilo de los pueblos del oeste antiguo en su trazado y en
su forma. Estábamos en Salt Lake y nuestra presencia allí se manifestaba en
alegría y agradecimiento y en los fuertes deseos de compartir esa bella y nueva
experiencia con nuestra querida familia que había quedado en Chile.
A
la mañana siguiente de nuestro arribo visitamos las oficinas de Murdock Travel,
la agencia de viajes que atendía los viajes de los misioneros y de las
autoridades por aquellos días, allí nos encontramos con nuestro hermano Conrad
H. Burgoyne, quien nos manifestó su aprecio y amor hacia nuestra familia en una
manera muy especial. De aquellos días de Murdock Travel, recuerdo también a
Dennis Macbeth y sus móviles de aviones hechos de latas de bebidas que fueron toda una novedad
para mí y que adornaban su oficin. Fue tal la impresión de esas latas de
bebidas de colores fuertes que traje algunas de ellas para nuestros hijos, para
que las usaran como porta lápices. También recuerdo a Jimmie Dufala.
En
nuestro segundo día en la ciudad de Lago Salado visitamos
The Brigham Young Monument/Meridian
Marker
Gran Lago Salado Base y Meridiano Meridian Marker.
En
la intersección de Main St. y S. Temple, fue puesta una placa en 1847 para
definir los limites del
Un autor chileno, don Arturo
Aldunate Philip magistralmente dejó registrado en una de sus obras este momento
histórico que marcó un hito importante para la historia de los Santos de los
Últimos Días:
“This is the Place”, había dicho
hace cerca de 100 años Brigham Young, al asomarse desde el alto de las colinas
que cerraban el Emmigration Canyon y a cuyas faldas se extendía el Valle del
Salt Lake,
Sí, allí reconstruirían sus
vidas; y en ese fértil valle junto al espejo de plata del gran lago, las
columnas cansadas hicieron el alto definitivo.
"Eran los mormones, los más
audaces de los "pioneros" que, deseosos de crear su mundo nuevo, de
mantener el culto libre de sus creencias, de arrancar a la tierra los
materiales para construir sus hogares, habían dejado desierta allá muy lejos,
al otro lado del Mississippi, su primera ciudad, Nauvoo, en busca de esta
aventura fantástica.
Más de 500 carretas con toda la
vida del grupo humano, mujeres, niños y ancianos, con todo el mundo que habían
formado a su alrededor, animales, utensilios, armas y herramientas, se
internaron en los campos de Iowa, cruzando el Missouri, a través de zonas
salvajes y desiertas, hostigados por la amenaza permanente de los indios que no
querían intrusos en sus territorios.
La guerra, las enfermedades, las
privaciones, los interminables esfuerzos, habían despedazado la caravana pero
sin lograr disminuir en un ápice la fuerza espiritual que la guiaba.
Muchos habían quedado en el
camino, especialmente los hombres habían jalonado la ruta con sus cadáveres;
pero ahí estaban por fin, frente a un nuevo mundo por construir".[16]
Algunos días después de su arribo,
los pioneros trazaron planes para
La promesa de suficientes cosechas
para 1848 trajo más emigrantes al valle. Pero una tardía helada, una sequía, y
una plaga de langostas casi destruyeron las cosechas. Bandadas de gaviotas
consumieron las langostas, y una gran parte de la cosecha fue salvada como para
permitir que los colonos sobrevivieran al invierno de 1848-49. En
agradecimiento, la gaviota fue designada posteriormente como el pájaro oficial
del estado y un monumento a ella se alza en la Manzana del Templo justo al
frente del Assembly Hall.
Muchos de los pioneros eran
conversos europeos al Mormonismo. Durante la década que siguió, ellos trajeron
su cultura, idiomas y destrezas para convertir a Salt Lake City en un centro
cosmopolita.
Cuando los mormones llegaron por
primera vez al valle, la región era parte de México. Un tratado firmado en 1848
la cedió a los Estados Unidos, y en 1850, el “Estado de Deseret” llegó a ser el
Territorio de Utah. (Deseret significa abeja obrera, un símbolo de
industriosidad; Utah fue llamado así por la tribu de los indios Utes que
habitaban esa región montañosa).
La construcción del Templo Mormón
fue comenzada en 1853, pero la piedra angular de esta magnífica estructura no
fue puesta en su lugar sino hasta 1892. La construcción fue interrumpida en
1857 cuando las tropas federales marcharon hasta el valle en
La fiebre del oro de California
llevó a emigrantes por
En 1869 el ferrocarril
transcontinental fue terminado por el driving del Golden Spike en Promontory
Summit, cerca de Ogden, unas
La
siguiente es la descripción que hizo del Pedro del Río de la ciudad de Lago
Salado y sus alrededores:
“La ciudad del Lago
Salado, capital del territorio del Utah, se encuentra admirablemente situada en
medio de un grande y feracísimo valle, teniendo el gran lago a corta distancia,
y rodeada a lo lejos y por todos lados de altas cordilleras y picos coronados
de perpetua nieve.
Las calles son hermosísimas, de cuarenta y cinco metros de ancho y las
veredas de diez, bordeadas de repletas acequias de agua que riegan frondosos
árboles; cada manzana tiene cerca de dos cuadras, de manera que los sitios son
dobles, con jardines, arboledas y hortalizas, por lo que en conjunto más
parecen casas-quintas.
“Se divide en numerosos distritos, habiendo en
cada uno de ellos una espaciosa plaza. Las casas son buenas, aseadas y de un
piso, generalmente con varias puertas o entradas para las diversas esposas con
sus familias. En un costado de la ciudad se hallan dos extensiones grandes de
terreno amurallado y en la calle que media entre ambas a la entrada, una enorme
águila de piedra con alas desplegadas, como protegiendo a los hijos del
desierto en sus novísimas doctrinas”
La
posición geográfica de la ciudad de Lago Salado es similar a la de Santiago de
Chile con sus montañas nevadas y el valle a sus pies, la fotografía incluida en
el libro que relata los viajes de don Pedro Zañartu y que fuera publicado en
1902 es un fiel reflejo de lo expresado:
Estados Unidos. –Ciudad del Lago
Salado
Don Pedro del Río en sus memorias de viaje, nos habla también de
“bodegas y depósitos de granos” que son un fiel reflejo de la laboriosidad de
los Santos que ya guardan en ellos reservas alimenticias para tiempos de
escasez y para ir en socorro de los más necesitados y también de la fidelidad
en el pago de los diezmos, un principio con promesa que encontramos reflejado en
las escrituras antiguas.
“En uno de estos terrenos están las bodegas y
depósitos de granos, etc., donde guardan el diez por ciento de los productos
que los fieles pagan a la Iglesia, y aunque esto es voluntario, lo entregan
casi todos”.
El
almacenamiento de grano en la Iglesia S.U.D. fue inaugurado por el Presidente
Brigham Young en 1876. Fue dado como una especial misión a las mujeres de la
Iglesia.
“Por varios años los hermanos habían sido
aconsejados para ahorrar y almacenar grano para los días de necesidad. Se les
había dicho a ellos que en esta región aislada el grano era de más
trascendencia aún que el oro y la plata. Pero cada año ellos habían dejado el
asunto de lado, sin duda sintiendo la necesidad en este nuevo país en
desarrollo de cualquier dinero que pudieran conseguir por la venta de
excedentes de granos y otros productos.
“A fines de septiembre de 1876, el Presidente
Young envió por la Sra. Emmeline B. Wells para que viniera a su oficina ya que
él tenía algo de importancia para tratar con ella. Cuando ella llegó le dijo
que deseaba que las mujeres de Sión reunieran y almacenaran grano para los
tiempos de necesidad o hambre, y que él deseaba que ella se involucrara en el
movimiento. El le habló de sequía, fracasos en las cosechas y las cuotas que a
menudo eran tomadas por los saltamontes, y enfatizó el hecho de que el trigo
debía ser mantenido como una reserva y en constante protección”[17]
Hermana
Wells fue la editora asociada de la Womens Exponent, y ella escribió una serie
de artículos para convencer a las mujeres de la Iglesia para que ayudaran en la
colección de trigo para almacenamiento. Las mujeres en todas partes cooperaron
en este gran esfuerzo.
La hermana Wells llegó a ser la quinta
presidenta general de la Sociedad de Socorro, y ella consideró su asignación
para guiar a las hermanas en el almacenamiento de trigo como una de las más
importantes tareas en su vida.
Durante
1877, las mujeres de la Iglesia fueron responsables de la recolección de 10,465
busheles de trigo. Para el fin del siguiente año ellas habían reunido más de
25.000 busheles para ser almacenados”[18]
Tan
solo tres años después del inicio de la gran tarea de la recolección del trigo
fue cuando llegó don Pedro a Salt Lake de allí su mención de este hecho
relacionado con las bodegas y el almacenamiento del grano. Luego don Pedro en su relato pasa a mencionar
edificios que también visitamos por primera vez en 1986 como la “Casa del León”
(The Lyon House) la que hoy día está convertida en un restaurant y donde en más
de una ocasión fuimos a comer y también la “Casa de la Colmena” o (The Beehive
House) la que hoy día es en un museo que refleja la vida en ese hermosos hogar,
el cual visitamos y donde también nos asombramos.
Dice don Pedro:
. “También
existen otros extensos edificios de alto como el del León, de la Abeja,
etc.; donde Brigham Young guardaba sus
veinte o más mujeres, y donde aun viven algunas de sus viudas y familias y al
lado hay una hermosa casa-quinta, “Amelia Palace”[19],
que le regaló a su esposa favorita. En el otro local, al frente, una preciosa
capilla o templo de piedra tallada con varias torres y capacidad para cuatro
mil personas; el interior es bonito y entre sus numerosas pinturas se ven seis
grandes cuadros de los que ya han construido en otros pueblos del interior.
The Gardo House, también conocida como Amelia's
Palace, fue consideradas como una de las más hermosas casas entre Chicago y
Costa Oeste.
|
View of the Gardo House from the
northeast in the 1870s, while it was still under construction. Note the
scaffolding on the tower and the empty window openings awaiting the
installation of window sashes. The picket fence seen here was later replaced
with wrought iron. |
La casa tuvo sus comienzos cuando, durante los últimos años de su vida,
Brigham Young, presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días percibió la necesidad de un lugar donde él pudiera recibir visitas
oficiales y atender a los dignatarios que viajaban grandes distancias para
verlo. Él seleccionó un sitio en la esquina directamente al sur de su Casa de
la Colmena y comenzó su construcción en 1873.
Amelia
Palace, Salt Lake City, Utah.
La Casa de la Colmena
Ha
sido señalado que una de las motivaciones que llevaron a don Pedro del Río
Zañartu a Lago Salado fue la práctica de la poligamia entre sus habitantes,
dando testimonio de ese interés el párrafo anterior, en el cual también se
describe otro edificio importante que se encuentra en la Manzana del Templo en
la ciudad de Lago Salado como lo es el “Assambly Hall”.
El autor frente al edificio Assambly Hall y al
Monumento a la Gaviota.
Don Pedro confunde al Assambly Hall con un templo, pero en realidad éste
era un centro de reuniones, el templo verdadero, el que hoy día se conoce en
todo el mundo como el Templo de Lago Salado y que constituye un verdadero símbolo
del mormonismo estaba en sus etapas finales de construcción, tal como lo
refleja la fotografía más abajo que data de 1893, tomada trece años después de
la visita de don Pedro.
Templo
de Lago Salado, 1893.
“Confieso que visité este templo (el Assembly Hall) lleno
de curiosidad y tan pronto como vi entrar a los fieles, me confundí con ellos.
Fue llenándose hasta contener una concurrencia enorme: mientras tanto tuve
ocasión de observar y conversar con algunos tipos que me llamaron la atención;
por último, tomé un excelente asiento
cerca de las altas dignidades, desde donde vi y oí todo. Principió la ceremonia
a la una de la tarde y concluyó a las cuatro. Esta numerosa concurrencia se
componía como es natural, de los principales vecinos y sus lujosas señoras con
ricas toilettes y de gente llana, pero también decentemente vestida. Lo que más me sorprendió fue no hallar en la
mayor parte de los semblantes el aire o expresión de hipocresía que esperaba,
sino de convicción y fe. Es verdad que en la gente más baja noté mucha variedad
de tipos y nacionalidades, y una buena parte con fisonomías y expresiones
estúpidas. La atención, orden y silencio
que reinó fue admirable.
A cada lado del órgano había algunos violines y otros
instrumentos que formaban la orquesta y treinta niñas jóvenes y otros tantos
hombres que cantaban los sagrados himnos, siendo el conjunto bastante
agradable.
Luego don Pedro
pasa a describir la reunión misma a la
cual asistió y a las autoridades presentes, mencionando al Presidente John
Taylor, y a su consejero el élder George Q. Cannon. También señala la
participación de los presentes de la Santa Cena, con la cual renuevan los
Santos cada domingo los convenios que hicieron al bautizarse en la Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
“En
la primera plataforma estaban el presidente Thaylor y dos de los Santos más
venerables; en la segunda seis obispos, todos ancianos de barba larga y blanca;
en la tercera, otros seis obispos de menos edad; en la cuarta o piso, los seis
más jóvenes y el resto del clero sentado al frente de una larga mesa. Sobre
esta había en línea doce vasos, seis grandes jarros y seis canastos; todo de
plata hermosamente cincelada y a los lados dos grandes candelabros de plaqué.
Primero entonaron himnos y enseguida el Presidente recitó una oración, a la que
los obispos contestaron, Amén. Después
los seis de más abajo cortaron pan fresco en pequeños trozos, llenaron los
canastos y los pasaron a los fieles de lo cual todos participaron, y se
llenaron los vasos de agua, bebiendo cada uno un sorbo; cuando llegó mi turno,
lo pasé a los vecinos, por no parecerme propio tomar yo nada; me miraron con
extrañeza, pero nada dijeron. Un obispo tomo la palabra para decir que venía a
dar cuenta a sus hermanos y hermanas de la comisión que le habían encomendado
hacia dos años para convertir y traer prosélitos de todo el mundo a la ciudad
Santa; se extendió mucho dando datos interesantes sobre los trabajos de
propaganda de los trescientos misioneros que tienen repartido con este objeto.
En
seguida, después de varios himnos, tomó la palabra uno de los Santos, el
reverendo Cannon, que se hallaba al lado del Presidente, hombre vigoroso aún,
de buena presencia, expresándose por más de una hora con palabra fácil,
convencida y elocuente. Ha sido elegido este año por Utah para el Senado de
Estados Unidos. Se extendió sobre las Escrituras, las revelaciones de Smith,
los milagros, la fe, etc.
Presidencia de la Iglesia
Sin duda que para quienes visitan la ciudad de Lago Salado, la
atracción principal lo constituye el famoso templo de Lago Salado, el cual aun
cuando por aquellos días no estaba terminado no dejó de impresionar a nuestro
chileno viajero:
“El gran templo de Sión no está aun terminado, es muy grande e
imponente, de sólido granito vetado con negro; hace veintisiete años que se
construye y costará diez millones de dólares, había centenares de artesanos
canteando piedra y ocupados en levantar las elevadas torres. En una entrada se
lee esta inscripción: Holiness to The Lord of the Latter Day Saints; y en otra
“Alpha and Omega”.
1882
Hasta
nuestros días no deja de llamar la atención del viajero otro singular edificio
que se encuentra al lado del Templo de Lago Salado y que se llama el “Tabernáculo”,
pero dejemos que sea don Pedro quien nos lo describa:
“De los templos ya terminados, encontramos muy
interesante el gran Tabernáculo, de forma muy original y rara, como de un medio
huevo invertido, descansando sobre cuarenta y seis pilastras de piedra, dejando
entre estas enormes puertas para la ventilación y escape en caso de incendio.
El interior, con capacidad para quince mil personas, tiene la misma forma, pero
ninguna columna; el piso está ocupado
por bancos de madera y una amplia galería alrededor. Por efecto de su forma y falta de columnas
sus propiedades acústicas son
sorprendentes. Tanto es esto, que se dejó caer un alfiler sobre una mesa de
madera en un extremo del salón, sintiéndose casi el imperceptible ruido en el
otro.
Al frente tiene un órgano monstruo y de ricas voces, trabajado por
ellos mismos, y en el fondo, pintados un gran ojo y una colmena. Al lado del
órgano, el local para la orquesta, más abajo tres plataformas seguidas por las
distintas categorías, y al nivel del piso una larga mesa, con el fin ya citado
en la otra de que me ocupé antes.
El Tabernáculo, (grabado
Le Tour du Monde, 1874)
El hecho de que don Pedro del Río haya asistido a las reuniones dominicales de la Iglesia queda claramente de manifiesto en el siguiente comentario, donde además señala una breve conversación y una descripción del Presidente John Taylor.:
“Conseguí visitar una Escuela Dominical, “Sunday School”, donde me
recibieron muy bien y tuve una agradable conversación con el profesor, quien me
proporcionó datos y varios libros, cuadernos y cartillas. Muy interesante me
pareció un gran almacén llamado “Cooperative Store”, donde hacen sus compras
los mormones, pues casi todos tienen acciones y se dividen las utilidades.
Hablaba con el Superintendente y le pedía detalles, cuando entró el Presidente
M. Taylor, con quien charlé largo, contestándole preguntas sobre mi país; es un
caballero amable, bastante anciano, de pelo y barba blanca y llevaba una larga
capa española, la única que he visto desde que salí de Chile.
Es fácil abordar a estos magnates mormones, pues son atentos y
condescendientes con los extranjeros”.
Con
respecto al edificio “Cooperative Store” que llamó la atención a Don Pedro,
este formaba parte integrante de un sistema económico instituido por el
Presidente Brigham Young para los Santos:
“En 1868 el Presidente Young estableció un sistema económico conocido
como Zion’s Cooperative Mercantile Institution. El propósito de ZCMI, como fue
popularmente conocido, fue llevar bienes al territorio, venderlos lo más barato
que pudieran ser vendidos, y “dejar que los beneficios se dividieran con la
gente finalmente”[20].
Edificio del Cooperative Store de Salt Lake City.
Además, a los
directores se les dio poder para fijar precios al detalle estándares, y estos
serían cargados a todos los cooperating concerns. Tales precios serían
“razonables” y “los mismos tenderían a la satisfacción y beneficio tanto de los
comerciantes como de la gente en general”[21].
Los propósitos de los precios al detalle uniformes no fueron para prevenir
competencia de precios sino que para contener los precios exorbitantes. La
primera de tal lista de precios fue adoptada en el invierno de 1869 “con el
entendimiento de que al Superintendente de ZCMI le será permitido cambiarlos de
acuerdo a las circunstancias”[22].
ZCMI eventualmente tuvo sus propias fábricas de botas, zapatos, overoles,
chaquetas, chalecos, camisas, camisetas, y ropa interior de hombre.[23]
Dentro de las seis
semanas de la apertura de la institución en Salt Lake City, 81 negocios
cooperativos a través del territorio estaban en operación…Estas tiendas
manejaron casi todos los negocios de los Santos de los Últimos Días.[24]
Lago
Salado – Templos Mormones.
Imagen
incluida en el texto de don Pedro del Río Zañartu, en la cual se pueden
apreciar al extremo izquierdo el Assamby Hall (Centro de Reuniones), al centro
el Tabernáculo (Centro de Conferencias)
de construcción ovalada y a la derecha el Templo de Lago Salado ya
terminado.
El Women Exponer, La Mujer Mormona y la Poligamia
Una escena doméstica de la mujer mormona publicada en el libro de don
Pedro del Río Zañartu.
Sería muy largo referir nuestra conversación, pero recuerdo que diciéndole yo que realmente me extrañaba que las esposas se avinieran con la poligamia, me contestó con admirable franqueza: “Confieso que es un sacrificio inmenso para nosotras pero lo hacemos con buena voluntad para cumplir con lo ordenado por Dios o nuestro profeta Smith”.[26]
A propósito de esto, me contaba un compañero de viaje, después de haber sido invitado a comer con una familia mormona muy respetable, que se componía del caballero, cuatro esposas, quince hijos de ambos sexos, de los cuales había dos niñas muy lindas, que había notado con sorpresa en el hogar, no solamente cultura, sino también armonía.
La Orden de Enock
Existe una original orden que estableció Brigham Young, de “Enock”, para los que trabajan para la comunidad, por lo que no pueden tener bienes propios, pero en cambio, entre otros privilegios, son considerados como la aristocracia, amén de otras gangas en la otra vida.
Los mormones creen en Dios, su hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo; en la misma organización que existió en la Iglesia primitiva, es decir, apóstoles, profetas, maestros, evangelistas, etc.; que la Biblia es la palabra de Dios, siendo esta traducida correctamente, que también el Libro de Mormón es la palabra de Dios; en la reunión de los hijos de Israel y de las diez tribus; que Sión se trabajara en este continente, que Dios reinará personalmente en este mundo, y finalmente en las revelaciones del ángel al profeta Mártir Smith y otros que vendrán después.
Esto es lo principal ¡que creederas¡ me
imagino que así como la mayoría tendrá en buena fe estas convicciones, habrán
también numerosos farsantes que van solo tras el gusto o negocio.
Algo más tarde, y escrito lo que precede,
recibidas del señor James Duyler, Superintendente de escuelas de la ciudad de
“Lago Salado”, varias cartillas en hojas impresas que reparten a los niños. Por
lo que se ve, en cuanto a la moral, se parece la de los mormones a las demás
sectas. Por ejemplo, en las reglas para una buena vida, dice: amar a Dios con
amor filial; al hombre con amor fraternal, conservar vuestros cuerpos y ropas
limpias, y en orden todo lo que nos rodea, no cometer excesos en comida, bebidas
u otros gustos o placeres.
En la “Lección sobre recompensas”:
¿Cuál será nuestra recompensa si tenemos
buenas costumbres cuando niños?
Llegar a ser más tarde buenos hombres y
mujeres.
¿Qué obtendremos si somos sabios en comer,
beber y dormir?
Ser robustos, activos, de buen genio, vivir
mucho y ser útiles a nuestros semejantes.
“Sobre el Espíritu Santo”
¿Qué decimos de las personas que están
poseídas del Espíritu Santo?
Que están inspiradas.
¿Puede nombrar algunas de esas personas
inspiradas?
Sí, Moisés que dio los Diez Mandamientos;
David, que cantó los cantos de Sión o salmos de David; Jesús que predicó en el
monte; Pablo que escribió sobre la caridad, José Smith, el profeta que organizó
la Iglesia de Jesucristo “of Latter”, y últimamente en los Artículos de Fe.
Creemos en Dios, el Padre Eterno, su hijo
Jesús, y el Espíritu Santo.
Creemos que seremos castigados por nuestras
propias faltas, y no por el pecado de Adán.
En la misma organización que tuvo la primera
Iglesia, como apóstoles, maestros, evangelistas y profetas. En el don de hablar
e interpretar todos los idiomas, de revelaciones, visiones, curaciones,
milagros y profecías.
En que la Biblia es la palabra de Dios (bien
interpretada), también en que el Libro de Mormón es así como la palabra de
Dios. En la reunión de las Diez Tribus de Israel; que Sión será construida
sobre este nuevo continente, y que Dios reinará personalmente en la tierra.
Adoramos a Dios Todopoderoso, según los
dictados de nuestra conciencia, y permitimos a los demás la religión o creencia
que más les agrade.
Creemos en que debemos respetar los
Presidentes, Reyes y Legisladores, acatando y sosteniendo las leyes que de
ellos emanan – (Firmado) José Smith.
El Gran Lago Salado
El gran Lago Salado es hermosísimo. Tiene
setenta y cinco millas de largo y treinta de ancho.
Se vacían en él muchos ríos, pero no tienen
salida, se halla a más de cuatro mil pies sobre el nivel del mar. El agua es
tan salada y pesada que se nada con medio cuerpo de fuera, su sabor es pésimo.
Nunca olvidaré la puesta del sol que aquí presencié: ocultábase en el inmenso lago, dejando reflejos espléndidos, y del otro lado, tras la nevada cordillera, aparecía la luna en toda su magnificencia y grandeza.
Fue
por Ogden que don Pedro del Río se aproximó a la ciudad de Lago Salado, en el
territorio de Utah en tren, exactamente 116 años antes de que mi esposa Soledad
y yo lo hiciéramos por avión. Fue nuestra primera visita a esta ciudad antes de
leer su mención en el libro de don Pedro del Río Zañartu, el cual pude consultar algunos años después
en la Biblioteca Nacional de Chile, y cuando en el mes de octubre de 1986 me
paré frente al Templo de Ogden pensé en mi primer compañero de misión en Chile,
el élder David Langford, de quien solo sabía que había regresado a Ogden al terminar su misión en 1974.
Apenas habíamos dejado a nuestras espaldas el Lago Salado, llegamos al Promontorio, sitio agreste donde se unieron las dos grandes líneas de San Francisco y Nueva York, cuyos últimos durmientes fueron remachados con clavos de plata y oro macizo en medio de un regocijo que se comprende. P. 179.
[1] Carlos Oliver
S., confirmando la interpretación del padre Rosales, señala que Gualpén, o como
fonéticamente sería más correcto, Guallpen, significa “mirar alrededor” en
lengua mapuche; y agrega que un vocablo parecido, “Hualpén”, significa
centinela (Libro de Oro de la Historia de Concepción , obra citada, p. 461).
Mariano José Campos Menchaca, S.J., coincide con estas interpretaciones,
añadiendo: “Mirar alrededor, ésos son, en realidad, los cerros de Hualpén, un
mirador hacia Concepción, hacia la vega de Talcahuano y hacia la desembocadura
del Bío Bío” (Nahuelbuta, Editorial Francisco de Aguirre S.A., Santiago, 1972,
pp. 530 y 531). En el mismo sentido, cfr., Recard Novión, Alberto, El Laja, un
río creador, Editorial Jerónimo de Vivar, Santiago, 1971, p. 316. Carter p. 64.
[3] Armando Cartes
Montory. Pedro del Río Zañartu, Patriota, Filántropo y Viajero Universal.
Editora Anibal Pinto S.A. 1992. P. 8.
[4] Cartes p. 87.
[5] Cartes p. 50.
Oliver S., Carlos, obra citada p. 346.
[6] Cartes p. 51.
Del Río Z., Pedro. Tercer viaje en torno al mundo. Litografía e Imprenta
Soulodre, Concepción 1912, Tomoo II, p. 172.
[7] Cartes p. 52
Vicuña M., Benjamin, prólogo a la obra de don Pedro del Río Z., Viajes en torno
al mundo por un chileno. Imprenta Cervantes, Santiago, 1883, Tomo I, p. x.
[8] Cartes pp. 91,
97.
[9] Cartes p. 121.
Vicuña Mackenna, Benjamin, prólogo citado, pp. XV y XVI.
[10] Cartes p. 121.
Vicuña M., Benjamín. “La mitad de un viaje alrededor del mundo”, en El Mercurio
de Valparaíso, diciembre de 1882, (sin fecha de día). Archivo del Museo de
Hualpén.
[11] Cartes p. 141
Del Río Z. Pedro. Viaje en torno al mundo por un chileno, Tomo I, pp. 11 y 12.
[12] Ibedem, Tomo 1
p. 13.
[13] Ibedem, Tomo
p. 154.
[14] Cartes pp.
141-42.
[15] The Mormon Experience. A History of
the Latter-day Saints. Leonard J. Arrington & Davis Bitton. University of
Illinois Press p. 117. 1992.
[16] Arturo Aldunate Phillips, Estados Unidos,
Gran Aventura del Hombre. Editorial Nascimento. Santiago, Chile. 1943. pp.
157-58.
[17] Deseret News, 7 sept. 1940, p.1.
[18] Pure Religion. The History of
Church Welfare since 1930. Glen L. Rudd. Salt Lake City,
Utah 1995. pp. 84-85.
[19] Susa Young Gates, "The Gardo
House," Improvement Era 20 (1917): 1099-1103; Journal History of the
Church of Jesus Christ of Latter-day Saints (hereafter JH), September 2, 1873
(microfilm, LDS Church Historical Department, Salt Lake City); Clarissa Young
Spencer and Mabel Harmer, Brigham Young at Home (Salt Lake City: Deseret Book,
1972), 219-21. Other accounts say that the house was called "Gardo"
because it seemed to stand "guard" over the city. The Beehive House
was a residence for Young's wives, as was the adjacent Lion House.
[20] Brigham Young, in ZCMI First Record
Book, Minute Book A, p. 17, cited in Arden Beal Olsen, “The History of Mormon
Mercantile Cooperation in Utah,” Ph.D. diss., University of California, 1935,
p. 80.
[21] First Record Book, p. 19, in Olsen,
History of Mormon Mercantile Cooperation,” p. 81.
[22] Olsen, “History of Mormon
Mercantile Cooperation,” p. 93.
[23] Ver Arrington, Great Basin Kingdom,
pp. 308-9.
[24] Church History in the Fulness of
Times. Religion 341-43. The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints. Salt Lake City, Utah. 1992, p. 397.
[25] El Woman’s Exponent (1872-1914) fue la primera
publicación de propiedad y publicada por las mujeres Santos de los Últimos
Días…era editada bimensualmente, o en sus últimos años, mensualmente. Durante
los cuarenta y dos años de su publicación, Louisa Lula Greene (1872-1877) y
Emmeline B. Wells (1877-1914) sirvieron como editoras.
[26] Leales a la
Iglesia y a sus líderes, el Exponent a menudo publicaba editoriales defendiendo
la práctica de la Poligamia.