miércoles, 21 de mayo de 2025

La Primera Palada del Templo de Santiago.


La Primera Palada del Templo de Santiago.

 Por Rodolfo Acevedo

Libro Alturas Sagradas, Capitulo 4.

 

Cuando el avión que traía al presidente Spencer W. Kimball y a su comitiva, se posó en la loza del aeropuerto de Pudahuel en Santiago, un pequeño coro de Santos les esperaba. El presidente Kimball llegó a Chile convaleciente de una delicada operación que le había sido practicada hacía tan solo unos días atras, al inplantarsele un marcapasos en su pecho para regular los latidos de su corazón.[1] Esta operación fue realizada por el Dr. Russell M. Nelson[2] quien dijo que el profeta había soportado la operación muy bien. Tras una corta recupación en casa, el Presidente Kimball se aprestó para retomar a sus actividades habituales, actividades que incluían un largo viaje a Chile para presidir la ceremonia de dedicación del sitio del templo de Santiago. Al llegar a nuestro país, sintió muy fuerte en su pecho aún convaleciente, el calor y la emoción con que ese humilde coro le daba la bienvenida a nuestro país.

Desde el aeropuerto, la comitiva salió escoltada por una guardia de honor de  Carabineros de la policía motorizada, lo singular de esta experiencia, fue que dos élderes de la Iglesia servían de escolta al representante personal de nuestro Señor Jesucristo, a su líder mayor en el sacerdocio en la tierra.

Algunos años después me encontré con uno de ellos en los jardines del Templo, el hermano Octavio Nuñez Rosales, quien al referirse a esta experiencia vivida como un oficial de la policía uniformada, evocó con emoción esa "maravillosa experiencia”, como él le llamó, en su vida profesional, junto a su hermano Gabriel Ramírez Abarca, al tiempo que se le humedecían sus ojos a causa de la gran emoción que sintió al recordar esos momentos tan especiales en su vida como un sacerdote de la Iglesia de Jesucristo.

     El día sábado 30 de mayo de 1981 fue el gran día esperado por los Santos Chilenos, el sitio del templo recibió a miles de ellos y al propio presidente de la Iglesia para proceder a los servicios de la primera palada, jornada ésta inolvidable para quienes tuvimos la bendición de participar en ella.

            La mañana de ese día me desperté de una manera diferente, fuertes truenos se escuchaban en los collados eternos, ellos me despertaron y me hicieron pensar en aquellas palabras que hablan de que la voz del Señor es como una voz de trueno.[3] Era como si los cielos aprobaban de esta forma la obra que en unas pocas horas más se realizaría con la presencia del profeta del Señor.

            Cuando salí en dirección al sitio del templo llovía torrencialmente, con intensidad mientras los truenos seguían haciendo estremecer nuestros hogares.

            Al llegar al lugar de reunión, este ya estaba colmado de fieles Santos esperando el inicio de la ceremonia bajo la fuerte lluvia, llovía intensamente, mientras el Coro cantaba bajo la lluvia, abrigados tan solo por el calor de sus corazones henchidos de fe.

            Este es mi testimonio personal de esta solemne ocasión, momento en que escuchamos las palabras del Presidente Kimball dedicando el terreno.

               

Foto Church News

Los Santos bajo la luvvia incesante.

 

            La fuerza de la lluvia probó la fe de los Santos, quienes desde el anuncio de que el profeta vendría a dedicar el sitio del templo, se habían estado preparando para tomar parte en esta experiencia única en sus vidas. Tras llegar al sitio del templo, pude ver la fe de mis hermanos y hermanas, muchos de los cuales no tenían sombreros ni paraguas. En esta torrencial mañana de mayo, miles de ellos aguardaban por el sublime momento en que el lugar fuera dedicado.

            La lluvia siguió cayendo con fuerza. Todos los presentes estoicamente esperaban que la ceremonia comenzara. Mientras aguardaban, el coro seguía cantando hermosos himnos bajo la lluvia incesante.

            Sus ropas estaban empapadas, pero ninguno se movió de su lugar, aún en los momentos cuando la lluvia se hacía más intensa. Nosotros cantábamos y nos regocijábamos al vivir esta experiencia. Sin embargo una gran sorpresa nos quedaba por vivir  a los Santos allí reunidos.

                Cuando el Presidente Kimball se levantó de su asiento, para dirigirse a los miembros, por entre las oscuras nubes un rayo de luz apareció, seguido de otro y de otro. Pronto las nubes se separaron y brillantes rayos de sol abrigaron a todos los presentes por unos instantes. Durante todos estos años seguimos recordamos la esperanza expresada bajo la lluvia, fue un verdadero gozo, algo muy especial; sentimos la presencia del Espíritu del Señor. Todos nos vimos inundados de calor y felicidad interior.

     En realidad no había dejado de llover en toda esa mañana, en ningún instante hasta el momento especial en que el presidente Kimball se paró de su asiento para hablar a los Santos allí congregados, produciéndose lo que sentimos en nuestro corazón como un milagro, luego la lluvia continuó y persistió hasta que toda la ceremonia dirigida por el elder W. Grant Bangerter hubo concluido y todos los presentes hubieron regresado a sus hogares empapados, pero felices.

    

 

El Presidente Spencer W. Kimball da la primera palada en la construcción del Templo de Santiago de Chile

 

            Como una parte importante de nuestro legado espiritual permanecen hasta nuestros días las palabras que expresara el Presidente Kimball para dedicar el lugar aquel día inolvidable: "Mis queridos hermanos y hermanas, este es un día que recordaremos por mucho tiempo, no sólo por el hecho de que algunos estemos incómodos y mojados a causa de la lluvia, sino también por los muchos otros inconvenientes que hemos tenido para tener este servicio en este lugar y a esta hora.

Ahora, quisiéramos sugerir a todos los encantadores jóvenes y señoritas aquí reunidos, que cuando estas fotografías estén desarrolladas, sean multiplicadas y habrá 10.000 hogares con 10.000 fotografías en ellos, y cada fotografía reflejará al Señor Jesucristo y a su amor por la humanidad. Me deleité especialmente esta mañana cuando los hermanos hablaron de la vida eterna. Pienso que la mejor forma de hacer que esto no se nos olvide, es grabarlo en una forma visual. Supongamos que cada joven y señorita tuviera esta fotografía en su dormitorio y al dejar sus casas cada mañana y al regresar a éstas por las noches, pudieran mirarla siendo esto la primera y más importante cosa que se les presentase en sus vidas. Esperamos que ellos siempre tengan presente: “Cuando yo haya crecido, viviré una vida correcta, tendré mi propia familia y muchos hijos, les enseñaré los principios del evangelio, les contaré acerca de la venida del Salvador a la tierra, y sobre la seguridad que Él nos da acerca de la veracidad de la gran obra que nosotros estamos llevando a cabo.

Cuando yo era un niño pequeño, de 8 o 10 años, le dije a mis padres: "Voy a ir a Lago Salado para casarme". Eso era muy común en esos días. Cada vez que había una Conferencia General de la Iglesia, los hombres y mujeres jóvenes de todo el mundo encontraban la forma de llegar a la estación y disfrutar de un placentero viaje; realmente era una gran experiencia para todos los jóvenes. Sabíamos que al llegar a Lago Salado, allí nos serían entregadas todas las bendiciones para las cuales estuviésemos preparados, también sabíamos que cuando el programa terminase y nosotros regresáramos a casa, todas esas especiales bendiciones que nos habían sido entregadas, estaban asignadas para nosotros. Por lo tanto, les insto mis amados hermanos y hermanas a que cada uno tome una posición definida, que plantee "Esto es lo que voy a hacer". Ahora es nuestra gran responsabilidad recorrer esta larga distancia, para así estar preparados para ser juzgados por nuestro Padre Celestial. Por eso le pedimos a cada joven y señorita que comience a formarse este hábito.

            Creemos en la eternidad del convenio del matrimonio. Muchas personas cometen el error de casarse sin meditarlo bien, pero cuando se dan cuenta y graban en sus mentes la idea de constituir un matrimonio eterno, éste se convierte en algo totalmente diferente. El Señor nos ha prometido estas bendiciones, y un buen joven y una buena señorita que caminen juntos bajo estas circunstancias, llevarán las enseñanzas del evangelio a sus hijos a través de todas las generaciones del tiempo, y estos padres y madres esperarán el día en que sus hijos continúen llevando el gozo de estas bendiciones. Resulta muy difícil para la mayoría de nosotros entender porque existen personas que olvidan este importante elemento. Pero el Señor promete que nosotros podemos obtener esas bendiciones.

            Existen además muchas otras bendiciones que están disponibles para los fieles Santos de los Ultimos Días y con esta fidelidad a sus obispados y a sus barrios y estacas, harán que aquellos hermanos conscientes de los esfuerzos que ustedes han hecho, estén complacidos de ayudarles en sus programas. Esperamos que ningún joven o señorita Santo de los Ultimos Días quede sin recibir estas bendiciones. Hay muchas cosas que pueden venir a cada familia si tan sólo ellos oran y trabajan por ellas. ¡Pensar que existe un Templo en el punto más lejano de Sudamérica! Esto es en verdad lo más importante, significa que cada hombre y cada mujer puede recibir las bendiciones, puede lograr un continuo y eterno matrimonio, y no habrá razón alguna por la cual alguien deje de recibir estas bendiciones, ya que las pueden lograr fácilmente en sus propias vidas.

            Mis amados hermanos y hermanas, he viajado por Sudamérica muchas veces, he venido en numerosas oportunidades a Chile, y espero que sea mi privilegio venir a Chile a efectuar ordenanzas en el sagrado Templo que estará en este lugar, y que gradualmente todo el pueblo chileno se una a la Iglesia y acepte el programa completo. Es maravilloso estar con ustedes aquí en este día; esa hermosa canción que entonaron al comienzo, su propia canción[4], fue algo realmente hermoso; así como esos himnos de Sión tan selectos. Con esto espero que ustedes y su pueblo acepten la verdad y lleven adelante este programa.

            Hermanos y hermanas, esta es una ocasión de gozo, ustedes, han tenido inconvenientes, es verdad. Que el Señor les bendiga para que puedan tener salud y no cojan un resfriado, nosotros pediremos que Él los bendiga continuamente como lo ha hecho con muchos de sus hermanos y hermanas, a medida que ustedes hacen la obra por los muertos. Contamos con muchas personas a quienes vemos cada mañana temprano al caminar grandes distancias desde los distritos rurales al Templo, y a personas que ellos llevan a las organizaciones de la Iglesia. El hermano Cowley, que formó parte del Consejo de los Doce Apóstoles, decía que su madre iba al Templo cada día. No importa que fuera viernes, lunes o domingo, ella siempre estaba yendo al Templo. Ella decía: "Me encanta ir al Templo. Es agradable ante los ojos del Señor y Él desea que yo venga". Y todos los años, durante muchos años, ella iba al Templo.

            Ahora bien, hermanos y hermanas, este es realmente un trabajo muy serio. No todos los día habrá temporales; no todos los días habrá esta multitud. Algunos días serán brillantes, despejados y hermosos, y esos serán los días que esperaremos ansiosos. Que cada joven y señorita ansíe el día de su boda, para que puedan celebrar tan importantes días para su vidas.

Hermanos y hermanas, este es el sitio que ha sido elegido por las autoridades generales para ser dedicado al Señor para que El lo use como su Templo. Y llegará el día en que muchos de ustedes mirarán hacia atrás y podrán contemplar los muchos años en que habrán gozado de las bendiciones del Templo.

            Es mi privilegio como presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, dedicar este terreno y el edificio que sobre él será construido para ser un Templo del Señor. Él estará complacido y gozoso. Miles de ustedes, también lo estarán, y miles más, aquellos que todavía se están uniendo a la Iglesia, estarán agradecidos de que ustedes hayan preparado este Templo para ellos. De esta forma terminamos esta dedicación para comenzar con la construcción de un hermoso edificio.

            Pedimos a Nuestro Padre Celestial que esté con ustedes constantemente y que les bendiga y les permita seguir adelante enlazando sus vidas a la verdad y justicia.

            Ahora, en el nombre del Señor Jesucristo, dedicamos este terreno con todo lo que a él pertenece, y lo entregamos a Nuestro Padre Celestial para ser usado como él estime conveniente.

            Mis amados hermanos y hermanas, estamos orgullosos de todos ustedes, hablamos de ustedes a menudo en nuestras reuniones allá en Lago Salado, expresándoles nuestro amor y preocupación. Nos complace mucho poder extenderles hoy nuestro amor personalmente. Que el Señor esté con ustedes, en sus hogares y en sus vidas, que cada jóven y señorita adapte su vida al gran programa como el Señor lo desea. Y con la dedicación de este terreno para esta construcción, dejamos una bendición especial a todos los poseedores del Sacerdocio y miembros de la Iglesia en este lugar. La Paz sea con ustedes, les amamos mucho; en el nombre de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Amén".[5]

            Lágrimas de emoción corrían por las mejillas de los Santos mientras escuchaban a su profeta hablar, lágrimas que se confundieron con las gotas de la lluvia incesante.  

El capítulo del trabajo de la construcción del Templo de Santiago quedaba abierto y comenzaba a ser escrito con los hechos que lo llevarían a su feliz realización y serena presencia en uno de los sectores más hermosos de Santiago, y en las cercanías de la Cordillera de los Andes.

Al volver a casa esa noche escribí en mi diario: “Esta noche es feliz, afuera está lloviendo torrencialmente. En la mañana vivimos la maravillosa experiencia del momento de la dedicación del terreno donde va a ser construido el templo de Chile en Pocuro con Pedro de Valdivia”.

Tres días estuvo el Presidente Kimball entre nosotros en aquella memorable ocasión, y sus palabras se hicieron eco también en este mensaje que pronunciara durante su visita a Santiago y que fuera publicado in extenso por la prensa chilena bajo el título “Quita tu calzado de tus pies”.

Las siguientes son las palabras del Presidente Spencer W. Kimball dirigidas especialmente a la juventud de Sión.

“Mis queridos hermanos, estamos muy agradecidos de estar en Chile.

Este es el evangelio de Jesucristo; esta es su Iglesia la cual nos enseña toda doctrina, todas las ordenanzas y está organizada tal como lo hizo Jesús en el comienzo de los siglos. Estamos totalmente seguros de que cualquier nación que ayude a su pueblo a obtener el evangelio, será bendecida por nuestro Padre Eterno.

Anoche presenciamos un programa cultural, llevado a cabo por muchos de los jóvenes que son la esperanza de Israel. Fue un programa muy bien presentado. Amo a la juventud, y esta mañana me gustaría dirigirme a ella. Siento un gran placer cuando nuestros jóvenes son limpios e irradian una buena influencia a su alrededor. Siento mucha pena cuando, debido a las circunstancias, los jóvenes no alcanzan el grado máximo de su potencialidad.

Ha habido muchos desastres por el choque de buques en el mar o cuando chocan con el hielo. Muchas personas han muerto en esas ocasiones. Dentro de poco tales cosas no serán posibles porque todos los buques tendrán equipo de radar que alertarán a los oficiales de los mismos, quienes podrán saber cuando hay peligro. El capitán podrá oír lo siguiente: “Atención, este buque se acerca a un objeto peligroso”.

Yo pienso que nuestros jóvenes son básicamente buenos y que ellos también están viajando en áreas peligrosas de la vida. A veces corren por caminos desconocidos, lo cual puede resultar en grandes desastres. Esto nos recuerda una vez más que, cuando se nos advierte de algo, debemos escuchar e incorporar en nuestra vida esa advertencia para que nos sea de protección. Los hombres que particpan en la construcción de edificios, pueden contribuir con sus habilidades; si las han olvidado, pueden aprenderlas de nuevo, pero cuando han perdido su comunicación, como en el caso de la Torre de Babel, no es facil volver a obtenerla. Por lo tanto debemos mantenernos en contacto con nuestro Padre Eterno.

El apóstol Pablo dijo que no había que relacionarse con fornicadores. Por lo tanto,

alejáos de esa clase de personas. ¡Oh, si nuestra juventud pudiera aprender esta básica lección!. Buscad siempre las buenas compañías. No os asociéis nunca con aquellos que tienen valores más bajos que los vuestros. Deberíamos repetir lo que hemos dicho una y otra vez. La fornicación, en todos sus grados, es algo terrible, y es totalmente deplorada por el Señor.

            Desde el principio, Él ha condenado las relaciones inmorales y ha sido lo mismo en todas las generaciones; en los días de Adán, de Abraham, de Moises, de Pedro y en la actualidad.

            Es posible arrepentirse de los pecados, pero debe haber un arrepentimiento total y completo. El mismo apóstol Pablo condenó los pecados de su época. Los placeres de la carne, el adulterio, la fornicación, la inmundicia. Dijo: “Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5: 21).

            Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre. A pesar de que el mundo se ha vuelto inicuo, esta Iglesia no ha cedido, ni cambiado sus normas. Cuando las Escrituras hablan en forma tan clara, ¿como puede uno justificar el hacer tales cosas?, ¿es que lo negro es blanco? ¿es que lo malo es bueno?, ¿es que la suciedad es limpieza?. Si una persona ama a otra verdaderamente, ésta preferiría morir antes que hacerle daño. Cuando se hace algo malo se pone en peligro el verdadero afecto. Cuando el soltero cede a la lujuria que lo induce al pecado, esto se llama fornicación. Y cuando lo hacen los casados, se llama adulterio. El perdón, tal como se ha prometido, sólo puede lograrse mediante un arrepentimiento total. Una persona no se ha arrepentido de pecados graves hasta que no haya sufrido por haberlos cometido. Estos deben confesarse ante las debidas autoridades de la Iglesia, a lo que debe seguir un cambio total de vida. ¡Una transformación!.

            Para entender la posición de la Iglesia con respecto a la moral, declaramos firme e inalterablemente que: No se trata de una vestimenta gastada por el uso o pasada de moda. Dios es el mismo y su doctrina es la misma en todas las partes del mundo y en toda época. Aun cuando se envejezca y el sol y las estrellas pierdan su brillo, la ley de la castidad será todavía básica en el mundo moral de Dios. Y es por eso que pedimos a nuestra juventud que permanezca moralmente limpia y libre de toda indecencia. Y que todos los padres se mantengan puros, santos y fieles a su cónyuge.

            La práctica indebida del sexo promete una felicidad que no puede brindar. Cuando Moisés fue llamado por el Señor al Monte de Sinaí, Él le dijo: “Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estas, tierra santa es”. (Éxodo 3: 5). Una de las declaraciones de los Diez Mandamientos es: “No cometerás adulterio”.  (Éxodo 20: 14).

            Esperamos que nuestros miembros den siempre un buen ejemplo para que el resto del mundo vea las buenas obras de los Santos de los Últimos Días e imiten nuestras vidas.

            Nadie puede cometer un pecado y acultarlo. Caín, uno de los primeros pobladores de esta tierra pecó y trató de ocultar su pecado después de haber matado a su hermano. A la pregunta del Señor, contestó diciendo: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? (Génesis 4: 9).

            Cada hombre es el guardían de su hermano. El Señor había visto lo que había hecho; sabía lo que sentía en su corazón, de modo que no había lugar a dudas. Entonces el Señor le dijo: “Errante y extranjero serás en la tierra”. Y Caín le contestó: “He aquí me echas hoy de la tierra” (Génesis 4: 14). Nuestro Padre Eterno no desecha a nadie, sino que cada persona se priva a sí misma de la asociación con personas justas.

            Este es el evangelio de Jesucristo. “Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer el bien a todos los hombres” (13 Artículo de Fe). Decimos a todas las personas del mundo que ésta es la verdad. Venid y uníos a nosotros, y disfrutad de la felicidad que viene por vivir una vida justa. Compartimos este testimonio con vosotros en el nombre de Jesucristo. Amén.[6]

            La visita del Presidente Kimball contó con una amplia cobertura peridistica, la que llevo la noticia de la dedicación del tereno para la construccion del templo a cada rincón de nuestro pais, siendo ejemplo de ello las siguientes palabras que bajo el título  “Mormones construirán su primer templo en el país” informaban lo siguiente:

 

            “A un costo de un millón de dólares se construirá el primer templo que levantará en Chile la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocida como Mormones, cuya primera piedra se puso ayer en presencia del presidente mundial, Spencer W. Kimball, y otras altas autoridades y jerarcas venidos especialmente para la ocasión.

            La sede del templo está ubicada en Pocuro 1940, donde funcionan las oficinas principales de la Iglesia, cuya construcción estará a cargo de una empresa chilena, pero los planos y la supervisión corresponden a una asesoría profesional de la misma Iglesia.

            Disponer de un templo es para los mormones la culminación de una misión evangélica después de completar 100.000 nuevos miembros o “bautizados” como los llaman ellos a quienes ingresan, que es el caso de Chile, y cuyo financiamiento es también por cuenta de los “hermanos” nacionales. Para llegar a tener un templo, los mormones chilenos debieron esforzarse en la capacitación de prosélitos, debiendo pasar primeramente por lugares de reunión, que ya son 208, y capillas de las cuales constan ya 46.

            En conferecia de prensa afrecida por el embajador “viajero” ante los gobiernos del mundo David Kennedy, quien forma parte de la comitiva del jerarca, dijo que “Chile es el país que proporcionalmente es el que más ha cumplido las metas de evangelización”.

            Casi cuatro millones de mormones predican y practican su doctrina evangélica, que se basa en el respeto a las leyes de cada país, para ser buenos ciudadanos, no ingieren alcohol, café, té ni cigarrillos, pero promueven la armonía, la sana convivencia física y espiritual, y creen en la resurrección como felicidad eterna.

            Están contra el aborto y el divorcio, y sobre el extremismo reconocen que es un problema de difícil solución, pero que debe enfrentarse dentro del orden y la seguridad que los gobiernos deben otorgar a sus pueblos.

            En medio de rigurosas medidas de seguridad, el profeta actual de la Iglesia, Spencer W. Kimball, con 86 años de clara lucidez mental, pero con problemas de salud propios de su edad, alternó brevemente con los periodistas y viajó ayer mismo a Brasil continuando con su gira mundial.[7]

            Con su partida el Presidente Kimball dejó atrás una misión cumplida y un gran desafío para los miembros y lideres de la Iglesia en Chile, esto es, el inicio y la realización de lo que llegaría a ser una  gran jornada, la edificación del primer templo de habla hispana en el mundo. El liderismo de la Iglesia en estos días estaba representado por los Representates Regionales Polibio Gonzalez, Carlos Cifuentes, Julio Jaramillo, A Delbert Palmer, Joseph A. Farnworth y Héctor Camacho, los  presidentes de misión, los élderes H. Von Packard de la Misión de Chile Santiago Norte, Leonard Hartley de la Misión de Chile Santiago Sur, Gerald Day de la Misión de Chile Viña del Mar, Max Willis de la Misión de Chile Concepción y Fernando Caballero de la Misión de Chile Osorno. Agregándose a ellos los hermanos Richard D. Sabel, Director de Asuntos Temporales y Pedro Piaggio, Director del Programa de Seminarios e Intitutos. Todos ellos sirviendo bajo la dirección del Élder Gene R. Cook, el Administrador Ejecutivo del Área de Chile.

            Entre las tareas más importantes a realizar por los miembros y el liderismo estuvo la recaudación de los fondos de la cuota asignada a Chile para la construcción del Templo, tarea que se dio a todas las unidades del país, también la asignación dada por Élder Gene R. Cook de llamar a un matrimonio por estaca para servir como misioneros de Genealogía      Élder Cook exhortó a los Representantes Regionales a que instruyeran a sus Presidentes de Estaca con respecto a los beneficios “que se obtienen al hacer las cosas que nos ha mandado el Señor”. Se necesita el milagro espiritual en los líderes, señaló, y el manifestó también su confianza en que así lo harían.

            Todos los Representantes Regionales aceptaron el desafío de llegar a la meta prometida, una escritura inspiradora para ellos señalaba que “Así como el Señor vive, y como nosotros vivimos, no descenderemos hasta nuestro padre en el desierto hasta que hayamos cumplido lo que el Señor nos ha mandado”.[8]

            A mediados del año 1981 se dio comienzo a los trabajos preliminares de la construcción, y a diferencia de los tiempos antiguos, esta vez el ruido de las maquinas removiendo escombros, allanando terrenos y haciendo heridos, comenzó a dejar en evidencia para los automovilistas y peatones de la transitada Avenida Pocuro en la Comuna de Providencia, que un nuevo edificio sería levantado en este sector de la ciudad, pero éste no sería un edificio más, ni tampoco sería una capilla como las muchas que ya adornaban las diversas ciudades de nuestro país con su típica aguja simbolizando el progreso eterno, esta nueva construcción en nuestro país, sería un Templo o Casa del Señor, lugar santo donde se realizarían ordenanzas sagradas que trascenderían esta vida y a donde sólo los miembros fieles y dignos de la Iglesia podrían asistir para realizar ordenanzas primero por ellos mismos y luego por sus antepasados ya fallecidos.

            La posibilidad de poder entrar o no entrar a este edificio que se construiría descansaría únicamente en la fidelidad de los miembros de la Iglesia. El Templo al fin de su construcción estaría disponible para todos aquellos que estuvieran dispuestos a vivir los sagrados principios del evangelio restaurado de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

            Para fines del año 1981 y ya bajo la dirección del nuevo administrador Ejecutivo del Área, el élder Gene R. Cook quedó constituido el Comité del Templo y de Genealogía para Chile. Fueron llamados para formar parte de este comité los hermanos: Carlos Cifuentes (Presidente), Claudio Magnere y Marble Palmer (Programa de Cuarta Generación), Raúl Dote (Fondo Pro-Templo, Eduardo Garrido (Recomendaciones para el Templo), Osvaldo Muñoz (Programa de extracción de nombres) y Elsa Colarte de Cifuentes (Secretaria).

            También 1981 fue el año de la creación del Centro de Entrenamiento Misional de Chile, hecho acaecido el día  13 de julio de 1981, el cual inició sus actividades atendiendo a un grupo de 18 misioneros chilenos en las antiguas salas de clases del Colegio Deseret.

            El objetivo de este centro era preparar a los misioneros chilenos que empezaban su labor proselitista, y quienes ya no viajarían a Sao Paulo, Brasil para recibir su capacitación y se prepararían para recibir sus investiduras en el Templo de Santiago que ya se encontraba bajo construcción.

            Este Centro funcionó en sus primeros días bajo la supervisión del Administrador Ejecutivo del Área, el Élder Gene R. Cook, un miembro del Primer Quórum de los Setenta, y con la coordinación del Representante Regional, el hermano A. Delbert Palmer[9] y la administración del Hermano Joseph Farnsworth y su esposa Hanna Launa Farnsworth, quienes eran misioneros de tiempo completo de la Misión Santiago Norte. Se señaló en su momento que la apertura del Centro de Entrenamiento Misional de Chile fue un hecho “emocionante, exitoso, y que cerró una era en que los misioneros chilenos eran enviados a Sao Paulo a un gran costo para la Iglesia”.

 

 

Joseph y Hanna Launa Farnsworth

 

En menos de dos décadas, 3 millones de personas habían llegado a la Iglesia, en los días en que había alrededor de 30 mil misioneros sirviendo en 71 naciones del mundo y en Chile se iniciaba la gran obra de la construcción del templo de Santiago.

Desde el momento que el Presidente Kimball dedicó el sitio del Templo y dio la Primera Palada hasta el fin de ese año 1981, cuatro estacas más se agregaron a las 27 ya existentes, estas fueron las estacas de Quillota, Rancagua, San Pedro y Peñaflor.

            Enseñando acerca de los principios de la obra del templo, el Élder Mark E. Petersen señaló al fin del año 1981: “Debemos recordar constantemente que el Profeta José Smith enseñó que no podemos salvarnos en la ignorancia, pero muchos de nosotros permanecemos ignorantes en cuanto a las grandes y hermosas razones por las cuales tenemos templos.

            El templo nos enseña los hechos de la creación. Los universos -aún nuestras propias vidas- no llegaron a ser solo por accidente, sino por designio. Dios planeó la tierra - y con un propósito. Él la planeó como un medio de llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna de ustedes y yo y de todos los otros seres humanos. El templo nos ayuda a comprender eso. Nos da una nueva y una amplia visión de nuestro origen y de nuestro potencial destino. La creación es la obra de Dios, no el resultado de algún big bang[10] de billones de años atrás que ocurrió por accidente o por alguna forma desconocida, como algún científico lo ha declarado. ¿No es el templo una institución de enseñanza?

            Nosotros somos un pueblo de convenios. Nosotros hemos nacido bajo el convenio de Abraham, y hacemos nuestros propios convenios. ¿Los comprendemos? Nosotros entramos en convenios de obediencia al bautizarnos y con el sacramente de la Santa Cena del Señor. Nosotros aceptamos el sacerdocio a través de convenios. Pero ¿Porque? Nosotros entramos todavía en más convenios en el templo. Todos son convenios de obediencia.

 

Élder A. Delbert Palmer y su esposa Marble.

Pioneros en la construcción del templo y de la creación del Centro de Capacitación Misional de Santiago de Chile.

 

            ¿Por qué el Señor nos pone bajo tantos convenios? ¿Por qué es tan estricto? Porque él desea que lleguemos a ser como él. Él nos da el plan del evangelio; él nos da la Iglesia, pero él sabe que muchos de nosotros somos descuidados y que llegamos a ser indiferentes con el paso del tiempo. Por lo tanto, él nos da convenios para recordarnos ser obedientes y nunca ir atrás.

            Nuestros convenios nos recuerdan de nuestro gran potencial y de que podemos verdaderamente llegar a ser como Él. Ellos nos recuerdan también que no hay bendiciones sin obediencia, y por lo tanto debemos ser estrictos en guardar los mandamientos”.

            Nuestra gente necesita leer lo que está disponible antes de que vayan al templo. Debemos enseñarles todo lo que podamos para prepararlos para que sean admitidos allí. Tenemos varias cosas que podemos leer con beneficio:

 

1.      El folleto El Propósito de los Templos del Presidente David O’McKay.

2.      El folleto misional ¿Por qué los Mormones Construyen Templos?.

3.      El nuevo libro del Élder Boyd K. Packer titulado El Santo Templo.

4.      El libro titulado La Casa del Señor de James E. Talmage.

 

            1981 fue un gran año en cuanto a anuncios de construcción de nuevos templos en el mundo. Cuando se dio la primera palada del templo de Santiago de Chile, la Primera Presidencia recién había anunciado la construcción de otros nueve templos, los que serían construidos en Chicago, Illinois; Dallas, Texas; Ciudad de Guatemala; Lima, Perú; Frankfurt, Alemania Occidental; Estocolmo, Suecia; Seúl, Corea; Manila, Filipinas, y Johannesburgo, en Sudáfrica.

 

 



[1] Al Presidente Kimball se le había practicado una operación a corazón abierto hacia  nueve años atrás.

[2] El Élder Russel M. Nelson fue ordenado Apóstol el 12 de abril de 1984.

[3] Ver Salmos 77: 18.

[4] El Profeta Kimball se está refiriendo a la entonación del Himno Nacional de Chile.

[5] Un templo para el Señor. Diario La Nación, 7 de junio de 1981.

[6] La Nación, Santiago. Domingo. Chile 31 de mayo de 1981. p. 15 A.

[7] La Tercera de la Hora, Domingo 31 de mayo de 1981. p. 22.

 

[8] 1 Nefi 2: 15.

[9] A. Delbert Palmer llegó a Chile a principios de la década de los ochenta, para suceder al Élder Charles Lewis. La región que le fue asignada para presidir comprendió las estacas de Ñuñoa, República, 5 de Abril, y los Distritos de Osorno, Valdivia, Temuco y Puerto Montt. El Élder Palmer había nacido el 29 de junio de 1918 en Calgary, Canadá. Estaba casado con Marble Palmer, también de Canadá con quien tuvo  4 hijos y una hija. El Élder Palmer había realizado una misión de regla en Argentina (1939-1941), y fue presidente de la Misión Chilena (1961-1964) En 1980 fue llamado como Director del CEM de Sao Paulo, Brasil. Élder Palmer obtuvo su Master en Estudios Latinoamericanos en BYU en 1977.

 

[10] El físico George Gamow, planteó en 1948 que el Universo se creó en una explosión gigantesca y que los diversos elementos que hoy se observan se produjeron durante los primeros minutos después de la Gran Explosión o Big Bang. 

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