Muchas gracias por el libro de
vuestro Presidente.
Por Rodolfo Acevedo.
Mientras contemplaba al estadio
colmarse de Santos y disfrutaba con la alegría de mis hermanos que jugaban con
la ola, llegó a mis manos en el Sector C donde estábamos un libro, un libro de
regalo para mi en esos momentos tan especiales y que traía la firma de dos
personas muy queridas, el Presidente y la hermana Hartley, quienes habían
servido en Chile a principios de los años ochenta en la Misión de Chile
Santiago Sur. Sus misioneros que habían
viajado a la conmemoración de los 50 años de la Misión Chilena lo habían traído
y me lo habían hecho llegar en esta singular forma, en la galería de un estadio
en medio de grandes manifestaciones de alegría por el especial momento que
estabamos viviendo.
¿Por qué este libro? La historia había comenzado hacia
algunos años atrás.
El Presidente Hartley había escrito en su autobiografía
titulada “As I Recall”:
“Yo estaba
asombrado de que estuvieramos llegando al final; todo esto había repercutido en
nuestra salud y nosotros estábamos desgastados. Rodolfo Acevedo, hijo, ayudó en
muchas maneras para tener listos nuestros papeles finales, visas y pasaportes.
Mientras yo caminaba varias cuadras desde la estación del metro sólo hacia
donde estaba mi familia en el hotel, yo me sentía solo y atemorizado por estar
sin un compañero. Oré por el consuelo de alguién, cualquiera, aún el Señor. En
ese momento, Rodolfo vino corriendo detrás de mi diciendo, “Presidente, tengo
temor de verlo a usted caminando solo. Déjeme acompañarlo hasta su hotel,
nosotros no podemos tener un secuestro o una solicitud de recompensa o algo peor
en esta etapa de su misión”. ¡Qué consuelo! ¿Cuánto amor había mostrado este hermano por mí”. (Leonard L. Hartley. Como Yo Recuerdo p. 337).
Fue durante su misión que yo había
iniciado mi trabajo en la Oficina de Viajes de la Iglesia, en la Calle
Alcantara 360, donde había sido capacitado por el Élder Anthon Cooley en el
trabajo de visas y en la atención de los viajes de los misioneros.
Poco más de tres años después de la
experiencia relatada por el Presidente Hartley en su libro volví a reencontrame
con él en la Manzana del Templo de Lago Salado, a donde había viajado junto a
mi esposa para participar de las sesiones de la Conferencia General en el mes
de Octubre de 1986.
Presidente Hartley, mi esposa Soledad, Hermana Hartley, Rodolfo y Billy,
1986.
De este feliz encuentro en Salt Lake
City pasarían 20 años antes de que nos volvieramos a reencontrar y fue en el
año 2006 cuando él visitó Chile junto a su querida esposa, y fue en esa ocasión
que hablamos de traducir su libro “As I Recall” al español, tarea que inicié
ese mismo año.
Visita del Presidente Hartley a Chile el 2006.
Para
el año 2009 la traducción ya estaba terminada
y en los días de la Conferencia General de abril de ese año les fue presentado
el libro traducido al Presidente Hartley y a su querida esposa por el hermano
Gary V. Davis del Comité Misional.
Los hermanos Davis y Jensen en el estadio,
2011.
Fue
así como recibí el libro “Como Yo Recuerdo” editado y publicado en los Estados
Unidos de parte de los misioneros que sirvieron en el tiempo del Presidente
Hartley, siendo Élder Jensen uno de su líderes y con quien me había encontrado
en abril pasado en Salt Lake City, cuando se hacían los preparativos para
viajar a Chile.
Muchas
gracias queridos élderes del tiempo del Presidente Hartley, muchas gracias por
haber venido y muchas, muchas gracias por el libro de vuestro Presidente.