La ciudad de Quillota remonta su
historia al largo período de tiempo que antecedió a la época de la conquista
española, cuando era un poblado indígena dependiente del incanato del Perú.
Su
fundación como ciudad aconteció el día 11 de noviembre de 1717, en pleno
período colonial de nuestra historia patria.
Quillota[2] cuya significación
autóctona es “refrescante” fue la segunda ciudad de Chile que acogió al Élder
Pratt y su compañía, por aquel entonces un pequeño y tranquilo poblado
campesino, enclavado en medio de un valle con un microclima privilegiado, y de
variada producción agrícola, especialmente frutas como paltas, chirimoyas,
lúcumas, etc.
“Salimos de Valparaíso en
una carreta tirada por bueyes, llegando en la mañana del día
Tráfico entre Santiago y Valparaíso
(1851), (Del viaje de la fragata Sueca “Eugenia”). Una escena de viaje en
carreta tirada por bueyes de los días de la visita del Élder Pratt a Chile.
Con estas palabras el Élder
Pratt nos introduce en un viaje que nos parece pintoresco y lejano, al pensar
en los modernos medios de transporte con que contamos hoy día, pero ese aspecto
de su viaje a Quillota nos grafica nuestro Chile campesino de mediados del
siglo XIX, viajes largos entre una ciudad y otra en carretas tiradas por bueyes
que en la mayoría de los casos tomaba días o semanas en cubrir las distancias
que las separaban, en este caso la distancia entre Valparaíso y Quillota es de
Quillota les esperaba con
su benigno clima, sus hermosas quintas y con una gran variedad de frutas, que
son las que le dan un tono particular a este rico valle del río Aconcagua.
Sin duda que para nuestros
hermanos quillotanos, las palabras del élder Pratt describiendo su ciudad de
hace más de cien años atrás tendrán un significado muy especial.
Cito a continuación su rico
y descriptivo relato:
“Aquí alquilamos una casa y vivimos
con una señora viuda y sus dos hijas jovencitas de 15 y 17 años. Ellas son muy sociables y están muy contentas
con nosotros leen muy bien y se han preocupado de enseñarnos su idioma”.
“Les hemos leído a ellas algunos
versículos de
“La gente de esta ciudad luce muy
limpia y son muy cariñosos, sociables, muy amigables, francos y espontáneos con
nosotros”.
“En general son de piel blanca,
inteligentes y de muy buena presencia, además de sencillos en sus costumbres y
vestuario.”
“Las casas en su mayoría se ven
limpias y agradables, están construidas unas al lado de la otra, con murallas
de barro que separan las calles, de los jardines y los huertos”.
“Las casas están construidas de adobe
y pintadas de color blanco tanto por dentro como por fuera, con pisos de
ladrillos y techos de tejas, muchas de ellas sin embargo no tienen más piso que
la tierra y muy pocas tienen ventanas de vidrio.”
“Las calles son estrechas y se cruzan
en ángulos rectos. Una cristalina y fría fuente de agua corre por el centro de
cada calle y vastas hileras de altos e imponentes álamos, así como también de
árboles frutales y viñedos adornan todo el valle”.
“Una montaña o colina, se levanta en
medio de la ciudad y está rodeada por todos sus costados de un fértil, bien
regado y cultivado valle.”
“Esta colina está muy cercana a
nuestra residencia, es de fácil acceso, dominado con su vista todo el valle, el
cual es tan fértil como el Edén.”
“La vista que se nos presenta desde la
cumbre de esta colina nos muestra una de las más hermosas escenas que jamás
haya visto antes ya sea en el viejo o en el nuevo mundo.”.
“La cumbre de esta montaña es un lugar
de retiro y oración, lo cual hago cada tarde al ponerse el sol.” [4]
Sin duda que sus oraciones
en un lugar tan bello, “fértil como el Edén” fueron dedicadas a aquellos días
en que la semilla del evangelio restaurado daría sus frutos para siempre en
nuestro país.
Que hermoso saber y estar
viviendo aquellos días que la fe y la oración de nuestro hermano vislumbrara
hace tantos añas atrás, en medio de la quietud y la naturaleza virgen del cerro
Mayaca.
La
estadía de los misioneros mormones en la ciudad de Quillota en el verano de
1852, se extendió por un mes, tiempo en que deciden regresar a los Estados
Unidos, el tiempo del élder Pratt para conocer la realidad de las tierras
sudamericanas había llegado a su fin. Su vista estaba puesta ahora en el día en
que nuevos misioneros regresarían a estas tierras y encontrarían condiciones
más favorables para iniciar la predicación del evangelio restaurado.
El
élder Pratt escribió en su diario:
“Habiendo
vivido en Quillota un mes, regresamos a
Valparaíso donde nos embarcamos el día 2 de marzo de
Pasarían ciento nueve años antes de que nuevos
misioneros regresaran a Quillota, el día 12 de febrero de 1962 el Presidente A.
Delbert Palmer acompañado del Élder Beecroft viajaron a Quillota, para asistir
ese día a la celebración del primer aniversario de la fundación de
Hoy Quillota es una estaca de
Sin
duda que antepasados de estos jóvenes conocieron de los esfuerzos de los
primeros misioneros de la verdad restaurada en Chile, hoy muchos hijos de las
bendecidas tierras quillotanas están esparcidos por todo Chile llevando el
mensaje que significa verdadero gozo y paz para este mundo en que vivimos, el
evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
Pero antes de embarcarse el
Élder Pratt había enfilado sus pasos hacia el correo para retirar la
correspondencia que allí le esperaba y también a la oficina del vapor inglés, el
“Diario” de Valparaíso del día
Viernes 12 de febrero de 1852, había publicado el. Movimiento del Correo y
entre la correspondencia sobrante de Santiago se encontraba la de Pratt P.P.
con el número 195 en el listado.
Movimiento
del Correo
“El
Diario” de Valparaíso, 27 de febrero de 1852
[1] Rodolfo Acevedo,
[2] La ciudad de Quillota remonta su historia al largo período de tiempo
que antecedió a la época de
[3] Autobiografía de Parley P. Pratt, p. 395. (Traducción)
[4] Pratt, op. cit. p. 394-395.
[5], Pratt. Op cit p. 396.