Traducido por Rodolfo Acevedo.
Santiago, Chile. Martes 2 de febrero de
2010.
Por estos días, hace 164 años atrás los Santos se
aprestaban para abandonar la ciudad de Nauvoo,” La Hermosa”, mientras otro
grupo de Santos se embarcaba en Nueva York para iniciar un viaje por mar que
los llevaría por el Cabo de Hornos hacia aguas chilenas para desde aquí navegar
hacia San Francisco de California. Eran los pioneros mormones, “los más audaces
de los pioneros” como escribió un autor chileno, y de quienes también escribió
el hermano T. Edgar Lyon, padre del actual presidente del templo de Santiago de
Chile, el Élder Thomas E. Lyon, el trabajo que ahora presento a mis hermanos en
la víspera del inicio del éxodo mormón de febrero de 1846 desde Nauvoo y desde
Nueva York, éxodo que los llevaría finalmente a su tierra prometida en
medio de las montañas rocosas de Utah.
Algunos Aspectos
Poco Comunes
de la Migración Mormona
Por
Dr. T.
Edgar Lyon.
En el año del centenario de la migración mormona,
Vilate C. Raile escribió sobre los pioneros Mormones:
“Ellos limitaron sus deseos a extensiones cortas
Y alimentaron los hambrientos fuegos del valor.
Tiempo después, cuando las llamas se habían
extinguido,
El oro fundido brilló en medio de las cenizas.
Ellos lo juntaron como palmas cinceladas
Y se las llevaron a sus hijos
Y sus hijos a sus hijos para siempre”.
En nuestra herencia pionera hay mucho de este oro fundido, pero muy a menudo no
sabemos distinguirlo de las cenizas. Algo de esto se encuentra en los aspectos
extraordinarios de la migración Mormona.
Entre 1835 y 1869, cuando los ferrocarriles se juntaron en las Cumbres
Promontorio, fue un tiempo en el Oeste Americano cuando miles de personas
viajaron al lejano Oeste a caballo o en carretas.
Imagen de
A.J. Russell de la celebración que siguió a la clavada del “Último Clavo”
en Promontory Summit, Utah, el día 10 de mayo de 1869.
Actual
lugar conmemorativo en Promontory Summit, Utah.
Los mormones no fueron los
primeros pioneros del Oeste; ni formaron parte de la gran mayoría de
aquellos que fueron al Oeste; y tampoco fueron los primeros pioneros en
atravesar los senderos de Missouri con las carretas. Pero hay algunos aspectos
de lo que ellos hicieron que tienden a ser ignorados en los relatos de la
expansión hacia el oeste de los Estados Unidos. Hay al menos diez aspectos poco
comunes de la migración Mormona.
1. Una Migración Religiosamente Motivada.
La motivación que llevó a los
mormones hacia el Oeste fue la religión.
Utah es el único estado del oeste colonizado por
americanos en el cual la religión fue la primera fuerza motivadora para la
migración, la cual continuaría por más de medio siglo. La mayoría de la gente
viajó al Lejano Oeste buscando bienestar económico, para mejorar su
salud, escapar de la monotonía de la vida urbana, huir de la infelicidad
marital o de los problemas familiares, escapar del largo brazo de la ley, o
para dar desahogo a un obstinado espíritu de aventura.
Después de estar sometidos a la presión de grupos sociales hostiles y de
fanáticos religiosos en Nueva York y Ohio, los mormones emigraron a Missouri.
Allí, las mismas fuerzas, intensificadas por los problemas locales, estallaron
en la violencia de la chusma en dos ocasiones y terminaron con la expulsión de
los mormones del estado. Ellos se establecieron en Illinois, pero pronto
las viejas fuentes de fricción, aumentaron por las intrigas políticas,
los celos económicos, y también los nacientes cambios religiosos, levantaron
antagonismos hacia ellos. Se vieron enfrentados a la alternativa de abandonar
su ciudad en Nauvoo y sus muchos establecimientos en el país o verse
involucrados en una guerra civil para conservar sus derechos a la propiedad y a
sus diferencias religiosas. Los líderes mormones anunciaron su intención de
buscar un nuevo hogar en el Lejano Oeste más bien que verse involucrados en el
derramamiento de sangre. Allí ellos construirían sus comunidades y serían
libres de establecer su religión y un gobierno en armonía con sus ideales
religiosos. Los mormones por decenas de miles emprendieron el cansador viaje
hacia el oeste para establecer lo que ellos llamaron “el reino de Dios”.
2. El Status Económico de los
Participantes.
Un segundo factor que es diferente en la migración Mormona es el status
económico de los participantes. En contraste con el común de los que emigraron
a California y Oregón de aquellos años, los mormones eran relativamente pobres
y muchos se encontraban en precarias condiciones. Los primeros pioneros de Utah
habían recibido solo una parte del valor de la propiedad que había sido vendida
en Illinois e Iowa. Usualmente ellos habían recibido solo alimentos, carretas,
ganado, o productos agrícolas a cambio de sus hogares, granjas, y
negocios. Sus carromatos, pesados con el equipamiento agrícola y las
herramientas necesarias para establecer casas en sus nuevos asentamientos, el
alimento necesario para más de un año, y la ropa de cama y vestuario, estaban
más que llenos. Había poco o casi ningún espacio para llevar muebles o
artículos de lujo, o siquiera estufas, en muchos casos.
Los Santos
abandonan Nauvoo
En contraste, los inmigrantes de Oregón y California
que acamparon a lo largo del mismo camino hacia el oeste llevaban consigo
grandes sumas de oro y de plata para establecerse en sus nuevos hogares. Muchos
de sus carromatos no estando llenos con grandes cantidades de alimentos, los
cuales podrían ser conseguidos cuando llegaran a las costas del Pacífico,
comenzaron su viaje con muebles finos y artículos de lujo.
Después de 1849 la Compañía
del Fondo Perpetuo de Emigración proveyó transporte por tierra desde los
centros habilitados en el Valle del Missouri hasta la Ciudad del Gran Lago
Salado, para aquellos que no estaban en condiciones de asegurarse sus propios carros
y animales. Muchos de los conversos de las Islas Británicas, cuyos ingresos
eran escasos, no podían ahorrar lo suficiente como para pagar su pasaje al
Valle del Missouri. Posteriormente el fondo proveyó transportación completa
desde Gran Bretaña y los puertos continentales hasta Utah. Con todas sus
posesiones en una o dos cajas (limitados por las compañías navieras y por la
compañía del Fondo Perpetuo de Emigración), a miles de emigrantes que de otra
forma jamás habrían alcanzado a llegar a Utah les fue dado el privilegio de
establecer hogares y de ser propietarios de tierras en su nueva Sión.
3. Los Mormones No Emplearon Guías
Profesionales.
Durante los años 1820, 1830, y
1840, “los montañeses” (tramperos de pieles y comerciantes) recorrieron el
oeste norteamericano. En su búsqueda por castores y nutrias, ellos siguieron
las rutas de los indios y las de los búfalos llegando a familiarizarse con las
montañas y las planicies del Oeste. Cuando los sombreros de nutrias fueron
reemplazados por los sombreros de seda, el valor de las pieles de castor cayó
drásticamente, y sus cacerías dejaron de ser un negocio altamente rentable.
Muchos de ellos encontraron una nueva fuente de ingreso. Viajaron a los puntos
desde donde salían los emigrantes para el Lejano Oeste y se ofrecieron como
guías de los grupos de inmigrantes.
Los inmigrantes, conscientes de los caminos desérticos sin marcas, del peligro
de los indios, y de los problemas de cruzar los grandes ríos y las altas
montañas, con todo gusto contrataron los servicios de estos experimentados
hombres a muy altos precios. Comenzar un viaje para Oregón o para
California sin un guía habría parecido una tontería.
John C.
Freemont
Los mormones hicieron algo inusual. Ellos carecían de oro y de plata como para
contratar guías, pero tenían confianza en sus líderes como hombres
inspirados por Dios. Estos líderes habían estudiado cada mapa que encontraron a
su disposición y registros impresos (particularmente los del capitán John C.
Fremont). Ellos estaban confiados que con la ayuda de Dios “encontrarían el
lugar que Dios había preparado para ellos, allá muy lejos, en el Oeste.”
Mientras viajaban hacia el oeste consultaron con los montañeses que
encontraron, con respecto a los mejores caminos a seguir. No hay registros de
ninguna otra compañía tan grande de pioneros viajando hacia el oeste, en la
cual nadie en la compañía haya previamente realizado el viaje.
4. Hombre No Fronterizos
Fueron Rápidamente Transformados en Pioneros.
Los Santos que abandonaron Nauvoo no estaban entre los
principales y endurecidos hombres de la frontera que tenían raíces de estirpe
pionera. La mayoría de ellos en su propia generación habían venido de las
refinadas comunidades asentadas a lo largo de las orillas del océano Atlántico
o de las islas Británicas. Ellos no eran de una quinta o sexta generación
pionera, como lo era la familia de Abraham Lincoln. Sus ancestros habían sido
pioneros en las orillas del Atlántico, luego en las regiones de las mareas,
sobre las montañas, en los grandes valles del oeste, en Kentucky y Ohio,
Tennessee, Indiana e Illinois. Este contraste es significativo.
Relativamente pocos de los mormones de Nauvoo habían
crecido acostumbrados a tratar con el ganado, o a trabajar en granjas,
edificando casas con los materiales en bruto que solo el campo podía
proporcionarles.
Muchos de los mormones americanos y la mayoría de los
de Europa habían sido mineros, obreros en fábricas, comerciantes, marinos,
artesanos especializados, y hombres de negocios. El éxodo Mormón tomó a este
grupo, y bajo la dirección de unos relativamente pocos que habían crecido en
condiciones pioneras, en unos pocos meses los Santos habían sido transformados
en un pueblo que conducía pesadas y cargadas carretas tiradas por bueyes,
caballos y mulas y atravesando una variedad de cinturones climáticos hacia el
árido Oeste.
Ninguno de estos emigrantes estaba familiarizado con la irrigación y la
agricultura. Todos habían venido de áreas donde la lluvia producía abundantes
cosechas o verdes campos en las praderas. Bajo el liderazgo de hombres a
quienes los Santos vieron como líderes proféticos de Dios sobre la tierra,
desviaron las aguas de las corrientes montañosas y convirtieron a los antiguos
desiertos en campos fructíferos. Ellos llegarían a ser los pioneros en los
procesos de irrigación en América y echaron las bases de la ley de irrigación
que ahora es de aceptación universal.
5. Una Emigración de
Familias.
La mayor parte de las filas de carretas que cruzaron
las rutas de California y de Oregón estaba compuesta
predominantemente de hombres. Relativamente pocas mujeres y niños les
acompañaron. Hubo algunas excepciones pero esencialmente, el movimiento fue en
su primer momento de aventureros que no llevaron familias con ellos. En
contraste, los pioneros Mormones (con excepción de la primera compañía
exploradora de pioneros) fueron familias moviéndose en masa hacia el Lejano
Oeste. Además, la migración mormona tuvo un alto porcentaje de personas
anciana, que viajaron junto con sus hijos casados.
Estos factores hicieron a la inmigración mormona única
a causa de las grandes dificultades impuestas por los grupos divergentes dentro
de las compañías. Mujeres, niños y ancianos impedían al grupo viajar tan
rápido como un cuerpo de hombres solos podría haberlo hecho. Las usuales
enfermedades de los niños, los nacimientos, y las enfermedades de la vejez
hicieron que se perdieran muchos días de viajes. Esta gente requería más tiempo
para empacar y desempacar cada día, y para preparar comidas y lavar la ropa.
La presencia de familias requirió a las compañías de viaje ser más grandes que
las integradas solo por hombres, a fin de que proveyeran suficientes
hombres para proteger al grupo en contra de las depredaciones de los
indios. El gran volumen de las compañías creó otros problemas, incluyendo el
tiempo necesario para dar de beber a las grandes cantidades de animales tres o
más veces al día, separar los cientos de animales cada mañana antes de
aderezarlos o enyugarlos.
6. La Ruta Mormona fue
un camino de dos direcciones.
La mayoría de los pioneros que viajaban para la Costa
Oeste no estaban preocupados por construir un camino por el cual pudieran
regresar al Este, ni estaban preocupados por aquellos que les seguirían
después. Una vez en la Costa Oeste, el transporte oceánico les proveería de
fáciles rutas de comunicación con el Este. Por otro lado, los Mormones estaban
consientes de que una ola interminable de inmigrantes seguirían sus pasos, como
conversos llenos del espíritu de recogimiento. Más aún, ellos estaban
conscientes de que misioneros por miles volverían al Este por la misma
ruta y que los carromatos regresarían al Valle del Missouri para ayudar a
nuevos grupos de inmigrantes a llegar a Utah.
Cuando ellos llegaban a ríos que eran vadeables, se
detenían el tiempo suficiente para derribar las orillas y de esta manera hacer
el descenso y ascenso desde el vado más fácil.
Ellos pusieron troncos en las extensiones pantanosas del camino, construyeron
transbordadores en los ríos grandes que traían mucha corriente o eran muy
profundos para vadearlos, dejando cuadrillas para operarlos cuando llegaran
nuevas partidas de pioneros. Ellos hicieron excavaciones para reducir los
peligros con los carromatos cargados que se ladeaban en los caminos que
bordeaban las colinas. Ellos repararon los caminos, en una forma desinteresada,
como una forma de facilitar el movimiento de grandes cantidades de personas,
sin relación sanguínea con ellos, pero unidos por lazos aún más estrechos los
del amor cristiano y de la hermandad.
7. Los aspectos
bondadosos de la Migración Mormona.
Aun cuando es difícil medir este intangible logro en
términos de éxito material, es no obstante un aspecto único de la inmigración
de los Santos de los Últimos Días.
Los mormones estaban preocupados por el bienestar
económico y social de la humanidad así como de sus valores espirituales. Cuando
ellos salieron de Nauvoo había cientos que no poseían ni carromatos, ni
animales de tiro, ni vacas. Los miembros de la Iglesia reunidos en Conferencia,
se pusieron a sí mismos bajo un convenio de asistencia mutua para poner en
acción cada recurso de que dispusieran para ayudar a aquellas familias que no
poseían las facilidades necesarias para viajar, y no descansaron hasta que todos
los Santos que deseaban ir al Oeste fueran ayudados en su camino.
Muchos conversos en las Islas Británicas carecían de
dinero para seguir a los Santos al Gran Lago Salado. La Compañía del Fondo
Perpetuo de Inmigración y unos pocos miembros ricos de la Iglesia ayudaron a
miles a llegar a su Sión en las montañas. Tal ayuda abrió la puerta a gente que
de otra manera habría pasado su vida con un relativamente bajo nivel de vida
como para permitirles llegar a ser independientes granjeros, propietarios de
tierras y artesanos.
Los anales de inmigración en los Estados Unidos pueden
ser revisados en vano en la búsqueda de una masa de gente de baja condición
económica que haya sido movilizada tan lejos y en forma tan eficiente por sus
hermanos sin ningún fin de lucro, y sin una explotación planificada de
ellos como fuerza de trabajo.
8. La organización de las caravanas
mormonas.
Nada había unido al común de los emigrantes a la Costa
del Pacífico en un grupo tan homogéneo antes de que lo hicieran por el Oeste.
Muchos pioneros viajaron hacia algunos puntos de reunión bien conocidos y se
unieron a otros que no habían conocido antes, para formar un grupo lo
bastante grande como para viajar con seguridad y ser capaces de contratar a un
guía para conducir la caravana en su largo viaje.
En contraste, los mormones habían sido acondicionados por una convicción
religiosa común concerniente a la restauración del evangelio y su liderazgo
religioso. Brigham Young anunció una revelación (D. y C. 136) que les dio un
plan para organizar las compañías de carromatos. Bajo este sistema hubo una
cadena de mando desde el líder de cada unidad migratoria a cada carromato. La
correlación de esfuerzo de cada nivel habilitó a las compañías mormonas,
aún cuando estaban compuestas de gente que usualmente no tenía pertrechos tan
buenos como los de los no mormones en su ruta hacia el Oeste, para completar su
viaje en un mínimo de tiempo, con una mínima pérdida de poder en hombres y
bienes, y un alto porcentaje de éxito en alcanzar su destino.
Las compañías mormonas no fueron al Oeste, para desanimarse y regresar al Este.
Por ayuda mutua, compartiéndolo, y sacrificándolo todo, todo ello nacido de su
sentido religioso de hermandad, los Mormones mantuvieron sus grupos
organizados. Ellos no rechazaron a sus líderes, ni dividieron las caravanas en
unidades demasiado pequeñas para una adecuada protección. En cada caravana de
carromatos había animales rápidos y lentos. Los mormones con los animales de
rápido andar no dejaron abandonados a los otros. La velocidad de toda la
caravana fue limitada por la marcha de las yuntas más lentas en el grupo.
9. Respeto por la Vida y por la Muerte.
Los diarios de los inmigrantes que viajaron por las rutas de Oregón y de
California relatan que las partidas que llegaban a un campamento a menudo
encontraban los restos de un cuerpo humano allí. La persona muerta había sido
envuelta en una frazada y puesta en una tumba poco profunda, mientras el
campamento se apresuraba hacia su destino. Los lobos removían la tierra y
exhumaban los cadáveres.
Los diarios mormones señalan muchas muertes en la ruta al Gran Valle. Pero
ellos también mencionaron la confección de ataúdes con la madera disponible,
con las puertas posteriores de los carromatos, o con madera de álamo. Una
profunda tumba era excavada y el cajón bajado, luego piedras eran tomadas desde
los lechos de los ríos y eran puestas sobre el cajón como una doble seguridad
contra los rapaces lobos. Un pedazo de madera, hierro, o piedra era entonces
preparado para marcar el sitio y escribir el nombre de la persona enterrada.
Hay relatos de diarios de inmigrantes no mormones, abandonando a un hombre y a
su familia en la ruta porque ellos no podían perder un día esperando por el
nacimiento de un niño. Los indios caían algunas veces sobres estas familias
abandonadas y las mataban antes de que pudieran alcanzar a la compañía en
marcha.
La gente Mormona dio gran valor a la vida humana, y le dio la bienvenida al
recién nacido con regocijo. Ellos estuvieron dispuestos a quedarse en el
campamento mientras la partera atendía un nacimiento. La madre era aliviada de
la preocupación de ser abandonada mientras daba a luz bajo las más difíciles
condiciones.
10. La Migración Mormona Fue el
Movimiento de una Comunidad.
La migración Mormona al Gran
Valle en los primeros años fue esencialmente la migración de la ciudad de
Nauvoo, su gente, sus artesanos y sus convicciones religiosas. Los inmigrantes
cargaron en sus carromatos, además de sus herramientas, alimentos, ropas,
libros y equipamiento de cocina, los registros históricos y religiosos de la
Iglesia. Ellos llevaron consigo las minutas del consejo de la ciudad y los
registros de la corte municipal. También llevaron el espíritu intangible del
pueblo con ellos. Aún cuando esto no era tangible, no fue menos real para ellos
que los libros, las herramientas y la comida.
John Taylor declaró en la última edición del “Nauvoo Neighbor” que el espíritu
que había construido Nauvoo en siete años podría edificar una mejor ciudad y un
mejor templo que lo que se había logrado en Nauvoo. Estas cosas la gente lo
hizo al fin de su ruta al Oeste.
En el otoño de 1847, cuando la ciudad de Lago Saldo tenía dos meses de edad,
sus habitantes sumaban casi dos mil. Un año después, cuando las tres compañía
de 1848 habían llegado, la ciudad tenía cerca de cinco mil habitantes. Las
tiendas y las industrias de Nauvoo estaban funcionando, y las bandas de Nauvoo
tocaban como lo habían hecho antes de comenzar el viaje al oeste. La comunidad
fue la más grande entre el Río Missouri y la Costa Oeste. Fue el único centro
de abastecimiento en más de dos mil millas a la redonda antes de que otra
ciudad se pudiera encontrar. La Ciudad del Gran Lago Salado fue la ciudad de
Nauvoo trasplantada y renacida.
Verdaderamente los pioneros mormones resumieron sus deseos a extensiones cortas
y alimentaron los hambrientos fuegos del valor, donde todavía
podemos encontrar oro fundido en medio de las cenizas.
Fuente:
T. Edgar Lyon. "Some Uncommon Aspects of the
Mormon Migration," The
Improvement Era, September 1969. pp. 33-38, 40. Traducido por Rodolfo Acevedo.
Del Historiador
Santiago, Chile. Martes 2 de febrero de 2010.