martes, 6 de mayo de 2025

Epílogo de la Historia del Viaje del Élder Pratt a Chile.

 

EL REGRESO AL HOGAR

Epílogo de la Historia del Viaje del Élder Pratt a Chile

1851-1852

 

Aquel día 5 de marzo de 1852 mientras el bergantín[1] “Dracutt” se pierde en el horizonte, Valparaíso, la ciudad que observaba su partida disfruta de una gran fiesta, la razón, el Presidente de la nación, don Manuel Montt Torres está de visita en el puerto y en breves minutos participará de una ceremonia trascendental, ya que se hará por primera vez en Chile el intento de comunicación por medio del telégrafo eléctrico, maravilloso invento que hasta ese momento tiene tan solo ocho años de aplicación en el mundo.

Esta ceremonia de acuerdo con los diarios de la época tuvo lugar en la Calle de La Planchada hoy Serrano, donde se encontraba hospedado el Presidente Montt.

“El alambre tendido ex profeso comunicaba la casa presidencial con el Hotel de La Unión, situado en la acera del frente”.

“En la calle una multitud de curiosos contemplaba el prodigio sin verlo ni comprenderlo”.

“En solemne actitud, Montt escribió en su libreta unas líneas que el operador transmitió en su lenguaje de puntos y rayas:

“5 de marzo de 1852. Primer ensayo en Chile del Telégrafo Eléctrico”.

“En seguida preguntó el Presidente a los de la otra acera:

“¿Tienen ustedes fe en que el telégrafo se propagará en el país?”

“La alentadora respuesta salvó la distancia de unos 25 metros para ser leída entre aplausos por la concurrencia:

“Antes de cuatro años el telégrafo atravesará las ciudades más importantes de Chile”.[2]

 

Pero, dejemos a los porteños celebrando este feliz acontecimiento y regresemos a la cubierta del “Dracutt” que ya se ha perdido en lontananza y acompañemos a nuestros hermanos en su regreso a casa.

El élder Pratt fue un prolífico escritor y poeta y gran parte del viaje lo dedicó a escribir sus sentimientos en cartas dirigidas al entonces Presidente de la Iglesia, el profeta Brigham Young. El texto de estas cartas nos dará una perspectiva clara de las razones que motivaron su regreso a los Estados Unidos, así como también de la fe del Élder Pratt en aquel día cuando el evangelio regresaría a estas tierras para siempre.

 

Escribe el Élder Pratt:

 

 “He leído un pequeño tratado sobre la Historia Natural de Chile por lo menos tres veces, y en el cual hay variados e importantes hechos que dicen relación con las guerras que la valiente y patriota nación de hombres libres llamados “Araucanos” librara. Ellos han conservado su libertad e independencia intacta por trescientos años contra los poderes combinados de los españoles y sus colonias, manteniendo una guerra defensiva con escasos períodos de tregua por más de doscientos años, sin armas de fuego u otros modernos medios de defensa. Algunos aspectos de la historia de este pueblo espero traducir y publicar posteriormente”.

“También he leído un texto de Geografía de Chile y algunos otros trabajos”.

“La guerra civil y mi precaria situación financiera, pero más particularmente la necesidad del lenguaje coartaron mis viajes por el interior del país y mis deseos de visitar a los Araucanos.”

“Sin embargo, visité un pequeño pueblito cuarenta millas al interior, residiendo allí por un mes.”

 

 

Brigham Young

Foto original de Marsena Cannon  1851-1852

 

“El 2 de marzo nos embarcamos con rumbo a San Francisco, sin la suficiente eficacia en el lenguaje como para girar la llave del evangelio en esta nación. Nos quedamos hasta agotar nuestros medios, oramos diligentemente para que nuestro camino fuera abierto, pero no pudimos hablar el lenguaje lo suficientemente bien como para predicar el evangelio, ni encontramos un medio de ganarnos la vida, así que nos hizo necesario regresar a California.

“Tenemos a bordo un joven chileno muy servicial, lee y conversa muy bien en su idioma, ahora está muy ocupado leyendo las escrituras, las cuales hemos comentado juntos. Le he prestado mi Biblia en español y la está leyendo con mucho interés.”

“Le he hablado de nuestra doctrina, del bautismo y la persecución contra la Iglesia, del asentamiento en las montañas, del Libro de Mormón y también de la maldad del adulterio, las borracheras, el juego y otros pecados”.

“Él ha tomado todo esto muy bien y habla de ir a las montañas con nosotros”.

Lo que es notable en este joven por el hecho de ser chileno es que no fuma ni toma”.

“Los chilenos son una mezcla de sangre española e india…probablemente la mitad de ellos no sabe leer ni escribir. Su conocimiento de las artes y la industria es escaso”.

“En su relación son francos, sencillos y extremadamente sociables, aparentemente afectuosos pero con tendencia al engaño en sus tratos, hay sin embargo, muchas y honorables excepciones a  esta falta o mal hábito”.

La Biblia en general no es conocida por ellos, estando su lectura prohibida por su religión, pero aún así me encontré con muchas personas que la leían”.[3]

 

Océano Pacífico, lat 3º N.

27 de marzo de 1852.

Querido hermano.

 

“Llevamos 23 días de navegación completando ya casi la mitad del viaje. Estamos bien. El “Libro de Mormón” y “Una Voz de Amonestación”, etc., han estado rotando y han sido leídos por el capitán y la tripulación; pero ellos no creen, en el testimonio de hombres o de ángeles. Sin embargo hay un joven muy inteligente, que se ha interesado mucho. El joven de quien hablo, es el Sr. Howard, de los Estados Unidos, con muy buena  educación, quien ha leído los libros con mucho interés durante el viaje y nos ha pedido ser bautizado y unirse a la Iglesia tan pronto como arribemos.[4]

Tanto el viaje de ida como de regreso estuvo marcado por la incertidumbre y el hambre para ellos, cito a continuación la referencia que hace a este punto el Élder Pratt:

 

Lat. 27º N

29 de abril de 1852.

 

“Cincuenta y cinco días han pasado semejantes a una triste prisión para nosotros con muy poco para comer, las condiciones aquí son muy pobres, comiendo pan duro, algunos porotos y un poco de charque de vacuno o cerdo.”

“No hemos tenido ningún día de buena navegación en el último mes. Estamos hambrientos y fatigados, tristes y desconsolados. Pedimos al Señor que nos de paciencia y conformidad”.

“Ahora estamos a 800 ó 900 millas del puerto, nuestras provisiones tan pobres pronto se agotarán. Pero vivir o morir nosotros confiamos en Dios y tratamos de servirle”.

“Las más horribles blasfemias suenan en nuestros oídos cada día. Somos esquivados y odiados a causa de nuestro testimonio y porque nuestro ejemplo es una reprobación”.[5]

 

El largo y tedioso viaje de nuestros hermanos demoró setenta y nueve días de los cuales los últimos cuarenta fueron de gran sufrimiento a causa de la falta de alimentos. Ellos entraron al puerto de San Francisco  en California el día 21 de mayo de 1852.

Una  vez de regreso en su tierra el Élder Pratt, apóstol y misionero continuó sin cesar con su intenso trabajo misional hasta el día en que encontró trágica muerte a manos de un asaltante quien le clavó su puñal en un costado haciéndolo caer del caballo para finalmente rematarlo de un balazo en la espalda. Esto acaeció mientras servía como misionero en el Estado de Arkansas el día 13 de mayo de 1857, cinco años después de haber partido de nuestra tierra chilena.

El Élder Pratt selló su testimonio del evangelio restaurado con su sangre, como antes lo hiciera el Profeta José Smith al ser cruelmente asesinado, y también como tantos Santos que padecieron igual suerte producto de la persecución desatada contra la iglesia en sus primeros años.

El testimonio del élder Pratt perdurará en muchas de sus obras como “Una Voz de Amonestación” a todo pueblo, tribu y lengua, y en muchos de sus poemas que llegaron a convertirse en himnos que hoy cantamos con regocijo, siendo ejemplo de ellos este profético himno cuyas palabras se encuentran grabadas en la gran lápida de granito pulido que identifica el lugar donde fuera sepultado:

 

“El Alba rompe de verdad,

y en Sión se deja ver,

tras noche de oscuridad,

bendito día renacer.

De ante la divina luz,

huyen sombras del error,

la gloria del gran Rey Jesús

ya resplandece con fulgor”. (Himnos Nº 1)

 

El alba rompiendo en estas tierras escogidas del Señor era el gran sueño del Élder Pratt, como él lo expresara:

 

“Pienso en el día cuando el Libro de Mormón y otras publicaciones sean traducidas al español e impresas, entonces se dará vuelta la llave a estas naciones y poseedores del sacerdocio les llevarán estos escritos, con las promesas de Dios, las oraciones y fe de los antiguos y el poder del espíritu de Dios trabajando con ellos en la restauración de la Casa de Israel”.[6]

 

            Gracias Élder Parley P. Pratt, vuestro sueño y esperanza de hace tantos años atrás hoy son una hermosa  realidad, el alba en Chile está rompiendo de verdad.



[1] Bergantín: Buque de dos palos y vela cuadrada o redonda.

 

[2] Enrique Bunster, Chilenos en California, Ed. Del Pacífico, Santiago, Chle. 1972. pp. 81-82.

[3] Pratt, op. cit. pp. 396-398.

[4] Pratt, op.cit, p. 403.

[5] Pratt, op. cit, p. 403.

[6] Pratt, op. cit, p. 401.

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